VII ½

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Aristóteles, casa, 8:13 p.m (miércoles).

     Voy a protegerte siempre, voy a estar ahí en los momentos más complicados de tu vida para apoyarte aunque no lo sepas ni te des cuenta. Estoy a tu lado cuidándote la mayoría del tiempo y no lo sabes, vaya dato curioso, ¿no lo crees, Temo? Nunca te voy a dejar caer sin importar lo fuerte que sea el problema.

Ma, voy a ir al parque un rato a jugar —dije apartando la vista del celular cuando terminé de enviarle aquel mensaje. Tomé el balón de basquetbol—, ¿puedo?

—Pero no tardes, Aris. Tu papá va a regañarte si llegas muy tarde —corrí a darle un beso en la mejilla.

— ¡Lo juro! ¡Muchas gracias, te amo demasiado! —me despedí de lejos estando en la puerta. Al salir bajé con cuidado las escaleras mirando hacia el piso para no pisar mal. Alcé mi mirada y visualicé el departamento de Temo. Debería invitarlo a ir a jugar, ¿no? Me dije mentalmente. Caminaba hacia la puerta mientras peinaba mi cabello y aclaraba mi garganta. Toqué la puerta y la abrieron, claramente desbordé una sonrisa muy amplia que se borró al ver quién era; Pancho pero me calmé, tal vez Temo está ahí adentro.

—Hola, Pancho, disculpa, ¿no se encontrará Temo por ahí? —sonreí impaciente, ya quería verlo.

— ¿Qué hongo, Aris?, y perdón pero Temo se fue con un amigo que acaba de llegar a Toluca.

— ¿Otro? —rodeé los ojos pero los abrí de instante, ¿lo había dicho o lo pensé? Él sólo rió.

Pos' el destino nos tiene un chorro de sorpresas y como vino uno, se fue el otro —dijo Pancho con un tono agrio, como si le hubiera desanimado.

— ¿Cómo? —no entendía nada.

—Diegochas Popochas se regresó a Toluca, lo fuimos a dejar a la central y que nos cae el Jerry, un muy buen amigo de mi Temo, ¿cómo la ves? Así como de película —dijo y terminó con su peculiar risa. Reí falsamente acompañándolo, pero el trago amargo del tal Jerry y su pasado con Temo me carcomía por completo.

[...]

    Me despedí de Ben y Zack tomando mi balón. Comencé a jugar con él mientras escuchaba música ya que el camino a casa iba a ser un poco aburrido. No sé para qué y por qué me giré a ver a una pareja del parque que estaba muy escondida, o bueno, alejados de la fuente donde van todos los enamorados. Paré en seco y me escondí detrás de un arbusto. ¿Qué hacía aquí, tan noche y tan cerca de ese chico? Era Temo y lo más probable es que aquel chico sea Jerry. Hice el mayor esfuerzo por escuchar su plática.

—Me dolió mucho que te fueras sin despedirte, Temo. ¿Tienes la costumbre de irte sin despedirte de las personas que quieres? —se le escuchaba muy molesto. Sólo vi cómo Temo llevó sus manos a su rostro para que no le vieran. Le quitó  una de sus manos de la cara para acariciarla. Estaba muriéndome internamente, verlo tan indefenso y al otro tan cerca y tomándolo de la mano era una imagen que nunca voy a borrar de mi cabeza.

—Entiende que me dolía hacerlo, ¿está bien? Creí que era lo mejor para ambos —dijo el castaño mostrando impotencia, estaba cansado de responderle y eso se le notaba a kilómetros de distancia.

— ¿Crees que estuvo bien dejarme ahí sin ninguna explicación sabiendo que te amo como nunca he amado a nadie? —Temo miró al lado contrario—. Mírame por favor, necesito que me digas la verdad —tomó su mentón, y ahí es donde mi paciencia se empezaba a agotar. Dijo algo el chico entre susurros que no logré escuchar. Mi todo quería llorar y odio verlo así, me partía por completo.

User634 [Aristemo].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora