User634 [Aristemo].

XX²

Final parte II

El de cabello quebrado subía con cuidado las grandes escaleras mientras con una mano agarraba la pequeña y delgada mano de su hermana, y con la otra se aferraba a la jarra para que no se cayera. Ana Guadalupe se detuvo en seco.

— ¿Quieres leerlas aquí o en el patio? —miró a la tierna niña mientras le preguntaba. Por un segundo pensó que lo mejor podría ser en el ingente jardín pero se negó al pensar que el aire podría llevárselas.

— Creo que en mi cuarto sería la mejor opción —y dicho y hecho; subieron a la habitación del mayor de los dos y se sentaron en la cama para proseguir con la situación. El López le dio una mirada a la niña para que leyese por él pues, no alcanzaba a ver las letras completas por su condición.

— "Las 364 cosas para ti están en esta jarra, donde expreso todo el amor que te tengo y siempre voy a tenerte, las cosas por las cuales te pido mi más grande perdón y una que otra confesión sin olvidar los maravillosos momentos a tu lado. Te ama, Aristóteles Córcega de López"  ♥ —la sonrisa en el rostro del castaño no se avecinó de sólo pensarlo; algún día en el altar estando escuchando sus votos. No le costaba nada soñar—. ¿Quieres que te explique cada color? —el mayor asintió mientras aplaudía de emoción.

— Sí, por favor —se concentró en ponerle atención a la infante para que esta prosiguiera a leer.

— "Los rojos significan las razones por las cuales te amo" —citó su pequeña hermana—. "Los naranjas son las disculpas y confesiones; los amarillos son momentos juntos." ¿Con cuál quieres empezar? A mí me encantaría con los de momentos —la castaña clara miró al mayor pidiéndole permiso, a lo cual cedió. Le acercó la jarra de cristal con cuidado para que él lo eligiese; le entregó un papelito cuyo propósito era leerlo. La pequeña aclaró su garganta.

— "Una de nuestras aventuras y la más conmemorada fue en la guarida de Uni..." —el López sintió su cara arder por la acumulación excesiva de sangre para después retirar con ferocidad el papel a la que lo estaba leyendo—. ¿Qué sucede, Temo?

— Las amarillas las intento leer yo solo, no te preocupes —dio una risita nerviosa para sacar otro papel de cualquier color que no fuese el anterior mientras tosía falsamente.

— "Todo esto lo hice para que algún día estemos juntos, no olvides cuánto te amo" —los dos se miraron confundidos—. ¿A qué se habrá referido?

— No tengo idea, Lupita —mintió.

[...]

El tiempo pasaba volando frente a sus ojos, leyeron un poco más de un cuarto de las notas cortas que el Córcega le había escrito a su novio. Lupita creyó que lo mejor era leer de poco en poco para no acabar con ellas en un sólo día.

— Bueno, vamos a sacar la última del día de hoy —el castaño asintió ante su hermana con los ojos cristalinos; el recordar y pensar que nunca volverá a tenerlo entre sus brazos le hacía pedazos el alma.

— "Yo soy..." Ugh, la nota está rota, Temo —la niña le mostró el escrito cuyo tomó y lo analizó por segundos hasta que su celular llegó a salvarlo del trance.

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hoy :)? (Visto. 7:38 p.m.)