XVIII

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5:26 p.m, 30/04/2020.

     Las personas gritaban al ver a Aristóteles Córcega; el influencer, cantante, compositor y novio de Cuauhtémoc López, el chico que había publicado dos libros a la corta edad de diecisiete años.
     Ambos eran una pareja ejemplar, una pareja libre que se ama y se apoya sin importar lo grave que sea la circunstancia.

— No manches, Ari. Son un chorro de gente, ¿no lo crees? —comenzó a entrar en pánico.

— A ver, Temo. Quiero que me mires —tomó el rostro de su amado para que lo viera a los ojos—. Si yo estoy contigo, nada te va a pasar, me encargaré de que nadie te vuelva a hacer daño —soltó el rostro del chico para tomar ambas manos suyas y besar sus nudillos. 

— Te amo, ¿y tú?

— ¿Crees que yo no menso? Te amo, te quiero, te admiro, eres mi todo, Cuauhtémoc López. Eres único en mi vida, eres mi esperanza de seguir en un mundo lleno de destrucción. Por ti, haría lo imposible.

     Ignoraron los gritos desesperados de las fans que estaban a metros de la habitación con gran ventana cristalina en la cual ellos estaban. Esperaban al manager en su oficina, puesto que les había avisado que llegaría con un pequeño retraso de tiempo.

Eran sólo ellos dos.

— Temo, sé que no somos una pareja perfecta, pero de lo que estoy completamente seguro es que eres el amor de mi vida —se sorprendió porque nunca lo había escuchado salir de los labios ajenos—, y nadie ocupará el gran espacio que abarcas en mi mente, corazón y sentimientos los siete días de la semana a cada hora y minuto —aclaró su garganta—. Aunque tengamos diecisiete años aún, yo ya estoy seguro de a quién quiero como compañero de vida y por eso quiero darte esto —sacó una pequeña cajita negra que en su centro tenía un anillo—. Este anillo es de promesa, quiero prometerte que cuando tengamos una edad más que madura con nuestra vida y proyectos fijos, nos casaremos porque estoy seguro que te amo más que a nadie en este universo, ¿qué dices? ¿Aceptas ser mi futuro prometido o te da frío?

El castaño llevó su mano a su boca tapándola indicando impresión; estaba en blanco con una que otra lágrima desbordando de sus ojos y rodando por sus rosadas mejillas. Asintió repetidas veces mientras el Córcega colocaba la sortija en sus delgados dedos para después soltarse a abrazarlo.

— Aristóteles, debemos irnos, el camión nos espera —ambos chicos miraron al señor; Temo con desprecio pues nunca le había caído para nada bien.

— Te amo, nunca lo olvides —dijo el castaño; se miraron unos cuantos segundos analizándose para después unir sus labios con delicadeza y desesperación, como si fuera la última vez que pasaría.

— Yo te amo más que a nadie en este mundo.

[...]

User634       

Cuauhtémoc L.

¿Y cómo te fue en tu día:)? (Visto, 7:33 p.m)

Muy bien, más que excelente. ¡Ari me dio un
anillo de promesa! ¿Sabes lo mucho que
significa esto? :'). (Visto, 7:34 p.m)

Wow, realmente te ama y no se
equivocó pues, eres un chico más que
maravilloso, alguien único y con una chispa
que nadie más tiene ;). (Visto, 7:34 p.m)

User634 [Aristemo].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora