Escape Perfecto

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Terminó de atar su botas, y de un ligero esfuerzo se levantó, colocó rápidamente su mochila en sus hombros y después en la completa oscuridad de aquella habitación observó todo con atención.

Él jamás había sido alguien que se preocupara por las cosas materiales, hasta ese momento se dió cuenta de que esos cinco años de preparación como cazador, la mitad del tiempo de lo que duraba el entrenamiento de magia y caseria de un humano, sólo tenía una cama y un closet con sólo los cambios de ropa necesarios para una semana, con el color negro en ellas que era el código de vestimenta entre los cazadores.

Cinco años atrás había visto aquellos ojos azules y astutos del zorro que le gruñó segundos antes de llevarse a su prima consigo sin dejar rastro alguno ni siquiera de magia, por lo menos no uno que pudiera rastrear al ser un simple humano, acudió de inmediato a los cazadores y se enteró de los rumores acerca de aquel zorro que nadie podría rastrear poco después otro rumor llegó a él debía buscar un lobo de sangre pura para alcanzar su objetivo los únicos en su tipo capaces de rastrear ese tipo de cosas, no fue fácil ya que esta raza era extremadamente difícil de cazar sin embargo para un genio como él que se entrena específicamente para eso, al final cumplió su objetivo.

Cerró la puerta detrás de él observando el largo pasillo a su alrededor, casi todos los cazadores permanecían dormidos a media noche, debía tener cuidado ya que unos cuantos estaban todavía rondando las instalaciones.

Caminó por el pasillo y en una de las habitaciones escuchó gemidos de una mujer, los ignoró, los cazadores eran dados a eso, sin familia salían a la aldea a buscar un poco de diversión y la traían consigo, claro que antes de que se reportaran con sus superiores en las mañanas ellos debieron de haberse despedido de ellas.

Bajó las escaleras empujando al final la puerta de metal, las celdas especiales para presas estaban ante el, claro que todas estaban vacías, los lobos que eran cazados no duraban mucho tiempo antes de que los vendieran o matarán para vender su sangre y pelaje.

Se dirigió a la única celda con alguien en ella, observó a la chica recargada en una de las paredes volteando a verlo con aburrimiento.

—Pensé que no vendrías cazador estrella— Tenten le dedicó una sonrisa amable mientras se ponía de pie.

Neji sacó de su mochila una tela y una peluca color negro.

—Toma ponte esto— dijo mientras se las dió y giró a abrir la puerta de la celda.

Tenten vió con curiosidad la capa negra y se la puso, y después miró con suma curiosidad lo que parecían hilos y hilos de cabello falso que se unían pero por más que la movía no encontró forma.

Cuando Neji abrió la celda la observó con atención y alzó la ceja.

—¿Qué esperas?, pontela— mencionó irritado cruzando los brazos, debían darse prisa.

—¿Dónde va esta cosa?— le cuestionó con curiosidad.

—Deja de perder el tiempo— entrecerró los ojos hacia ella.

—Recuerda que vivo aislada en el bosque con mi manada, no estoy acostumbrada a las cosas extrañas de los humanos

Neji le quitó de sus manos la peluca de color negro y acercó sus manos a ella, Tenten retrocedió.

— Aléjate de mí, ¿qué demonios haces?, no me toques— frunció el ceño hacia él enojada.

—Va en tu cabeza— se acercó rápidamente antes de que ella pudiera protestar de nuevo poniéndosela, después tomó la capucha de su capa y se la puso encima.

Fue la primera vez que Tenten estaba tan cerca de un humano como para olerlo y verlo con detenimiento aunque solo fueron unos segundos, se preguntó si todos los humanos eran igual de atractivos en olor y aspecto que aquel cazador.

El Reflejo De Tu AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora