eyes closed.

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Olivia cerró los ojos cansada después de aquel espantoso día y escuchó el viento desde fuera golpear con fuerza las ramas de los árboles. Destrozada emocionalmente y físicamente era como se sentía, y no podía encontrar mas palabras para expresarse. Era como si hubieran cogido una de las pinturas de Van Gogh y les hubiesen quitado todos sus colores dejando sus cuadros en blanco y negro. Ni siquiera era capaz de parar de llorar porque ni siquiera ella misma era capaz de asimilar la cantidad de cosas que estaban pasando por su cabeza que la única solución que le encontraba era llorar hasta que explotase por dentro de una vez por todas.

Pero aunque el tiempo hubiera pasado, lo que seguía rondando en su cabeza era ella, y aunque fuera capaz de mentirles a sus amigos y decirles orgullosamente que la había olvidado, que ella no existía mas en las paredes de su mente, ni en la de sus recuerdos y que no volvería a pensar en ella nunca mas, era mentira, tan mentira como decir que no echaba de menos a su padre.

La morena se incorporó un poco de su cama escuchando la puerta de su apartamento abrirse y cerrarse y suspiró aliviada cuando escuchó que era la voz de Hugo el que había avisado a la chica de que había sido él el que acababa de entrar en casa. El rubio comenzó a andar dando un par de tumbos pero consiguiendo estabilizarse después de un par de pasos hasta llegar al cuarto de la chica y la morena lo miró negando levemente mientras que se quitaba las lágrimas de la cara y el mayor de los dos tomaba asiento en la cama.

─¿Cuántas?─Preguntó la morena y el chico soltó un risa amarga encogiéndose de hombros.

─¿Tres? ¿Cuatro? A quién cojones le importa cuantas hayan sido Olivia.─La chica apoyó su cabeza en el hombro del chico.

─No quiero perder a nadie mas, Hugo y tengo el presentimiento de que te voy a perder a ti también antes de lo que realmente me gustaría.─El cuerpo del chico se tensó al escuchar las palabras de su amiga y por unos segundos pensó que iba a morir allí mismo por la gran cantidad de pastillas y drogas que había consumido esa misma noche, ya que comenzaban a hacer estragos en el cuerpo del chico.

─No vas a perderme.─Sentenció mientras que hacia su mejor esfuerzo en tomar la mano derecha de su amiga.

─Te creería si no salieras casi todos los días por ahí a saber qué, porque te juro Hugo, que si te mueres de una puta sobredosis o de algunas movidas de esas no vas a puto contar conmigo en tu maldito entierro.

La chica se levantó con lágrimas en los ojos y con poca visión debido a que las lágrimas ya habían comenzado a salir de nuevo de sus ojos pero el rubio de ojos marrones fue mas rápido que ella y se levantó casi al momento agarrando su brazo para que ambos se fundieran en un abrazo lleno de lágrimas y sollozos por parte de la menor de los dos, pero que no duro mas de unos minutos cuando fue Hugo el siguiente en unirse a ella.

─Siento tanto lo de tu padre, Olivia.─Fueron las palabras que hicieron que la menor no pudiese sostenerse mas tiempo en pie y sintiera como su cuerpo caía lentamente al suelo mientras que Hugo la sujetaba con todas las fuerzas que le quedaban, llevándola a la cama que estaba solo a un par de pasos de ambos.

─Vamos a dormir, pequeña.─Olivia asintió cansada mientras que volvía a tumbarse en su cama haciéndose una bolita y para su sorpresa Hugo se tumbó a su lado, quitándose los zapatos y la sudadera, quedando en una camiseta de manga larga para luego abrazar a la morena mientras que estaba cesaba de llorar poco a poco al igual que su amigo.  

─¿Vas a hablar con él?─Preguntó Olivia al chico de rizos rubios oscuros y Hugo la miró confuso sin saber exactamente que decirle pero finalmente negó y Olivia le mostró una pequeña sonrisa.

broken roots.Where stories live. Discover now