broken roots.

strangers.

Los fines de semana pasaban demasiado rápido para algunos y lentos para otros. En el caso de Alba. había pasado demasiado lento pero lo había pasado mas calmado de lo que se esperaba debido a la ausencia de su novio por un viaje casi inesperado a Galicia y un tanto más nervioso porque el pensamiento de saber que quizás el lunes vería a Olivia de nuevo y sería capaz de entablar una conversación con ella después de que la morena saliera corriendo casi espantada la última vez que la vio, además de haber faltado a clases el viernes.  Se levantó de la cama animada y con ganas de empezar un día nuevo y ver lo que este le deparaba, que con un poco de suerte, esperaba que fuera algo bueno.

El sonido de la puerta principal hizo que la gallega se sobresaltara un poco pero se relajó al darse cuenta de que el encargado de abrir la puerta del apartamento era su novio. El chico cerró la puerta y dejó la mochila que cargaba, hasta hace un momento en su espalda, en el suelo dirigiéndose directamente al sofá para tirarse a él. Alba salió del salón para ir y darle encuentro a su novio y no pudo evitar reírse cuando vio que el chico había caído en un sueño profundo en menos de un minuto. La chica dejó un suave besos en los labios del rubio y llevó su mochila a la habitación aprovechando el trayecto para coger de paso la suya y disponerse a marcharse del apartamento sin hacer mucho ruido. 

Para la de cabello platino, aquella sensación de estar de nuevo caminando por las calles de Madrid se sentía como si fuera nueva, pero sin embargo al igual que lo que le ocurría a Olivia a veces caminar por ciertos sitios hacía que su cabeza se inundara de recuerdos y eso la hacía sentirse culpable y mucho mas que culpable se sentía la chica cuando sabía que los recuerdos que tenía con Olivia se hacían mas que presentes cuando pasaba tiempo con su novio y necesitaba poner en orden aquellas ideas antes de comenzar a realizar cualquier tipo de acción de la que pudiera arrepentirse más tarde.

─Perdona, ¿la Facultad de Bellas Artes?─ Alba giró su cabeza para encontrarse a una chica de su estatura con una expresión de confusión en sus ojos y la chica le sonrió asintiendo.

─Vamos al mismo sitio al parecer─ Comentó la gallega de forma amigable y la chica de cabello castaño que tenía enfrente le devolvió la sonrisa, ahora mas calmada, mientras que apretaba su agarre en las asas de su mochila de un color marrón un tanto oscuro.

─Menos mal─ Dijo soltando aire para llevarse una mano al pecho y la peligris y ella comenzaron a andar. ─ Llevo dando vueltas prácticamente diez minutos y le he preguntado a al menos seis personas que si tenían una idea de donde estaba la Facultad y para uno que sabía dónde estaba me ha guiado mal─ Alba soltó una risa escuchando a la castaña y se quedó observándola un momento dándose cuenta de que era realmente guapa.

─Me llamo Zoe por cierto y gracias por acompañarme─ La joven volvió a mostrarle otra sonrisa y Alba le ofreció su mano.

─Yo soy Alba, me supongo que eres nueva, ¿no?─ La castaña asintió entre risas y la gallega la miró curiosa.

─Es mi tercer año de carrera en mi tercera Universidad, la gente suele saber que soy la nueva porque estoy pérdida, más de lo habitual─ Alba negó levemente mientras que intentaba contener las risas y la castaña sacó su teléfono para revisar la hora.

─¿Tu llevas mucho tiempo aquí?─ Preguntó la de ojos azules verdosos y Alba la miró sin saber muy bien que decir.

─A decir verdad es difícil de explicar─ Comenzó la de los ojos azules y Zoe la escuchaba atenta mientras que ambas ya podían divisar la Facultad al fondo.─ Verás mi primer año carrera no lo acabé aquí solo hice la mitad y después me marché a mi ciudad natal, Orense.

─No tienes para nada acento gallego─ Alba rió algo triste, asintiendo a lo que le acababa de comentar la chica y continuó hablando. ─Pasé casi toda mi adolescencia aquí así que mi acento ha ido desapareciendo poco a poco se podría decir, pero sigo conservando mis raíces─ Comentó con voz orgullosa y Zoe rió asintiendo.