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Marta se levantó con un susto en el cuerpo cuando su alarma comenzó a sonar de repente, la chica de cabello rizado miró a su móvil que sonaba desde el escritorio de su habitación y de mala gana se levantó y tomó aquel aparato deslizando su dedo en la pantalla para que dejara de sonar. No eran más de las ocho y la chica medio dormida aun, salió de su habitación en dirección a al cocina para prepararse el desayuno ya que a las nueve y media tenía que abrir la tienda como casi todos los días. Su sorpresa fue ver que la habitación en la cual había pasado la noche Jonan estaba vacía y con la cama hecha y Marta sonrió cerrando la puerta de la habitación para que su gata no entrara y aquella parte de la casa se mantuviera libre de pelos de gato.

La castaña se preparó un café y se hizo una tostada con una cantidad razonable de aguacate, aquello siempre le recordaba a cuando su padre y ella desayunaban juntos en Málaga y su madre siempre le echaba la bronca a ambos por gastar tantos aguacates. Al acabar de comer, Marta lo metió todo en el pequeño lavavajillas, que aunque fuera pequeño siempre daba el avío para las pocas cosas que la chica ponía ahí. Se dirigió al baño a darse una ducha porque el calor no perdonaba a nadie en Madrid y al salir se colocó unos vaqueros de color azul oscuro junto con una camiseta de color rojo que tenía escrito en la parte trasera Arcade en color amarillo y todavía recordaba a la perfección la expresión en el rostro de Olivia cuando vio que se había comprado aquella camiseta que la morena llevaba buscando por tanto tiempo, así que Marta aprovechó y justo para su cumpleaños le regaló la misma que ella tenía y solían bromear con aquello diciendo que de ahora en adelante eran siamesas.

Marta antes de irse cogió en brazos a su gata para despedirse de ella como era de costumbre. Kirara era la gata de la malagueña, al poco tiempo de llegar a Madrid una de las vecinas le comentó que había una camada de crías de gatos recién nacidas junto al cubo de basura de su calle y que ya varios niños habían cogido a los gatos y lo habían tirado por los aires y alguno que otro, aprovechando que era Navidad y que los petardos sonaban por todos lados, había encendido petardos junto a la caja y tan pronto como oyó aquello, la castaña salió disparada llena de furia a la calle para todavía sin haber cruzado la carretera, encontrarse con una caja de tamaño grande junto a la basura de reciclaje y comprobó con sus propios ojos lo que su vecina le había contando no hacía mas de cinco minutos.

Dos niños de apenas unos once años sujetaban a un gato de apenas más de una semana de tez blanca extraña que se podría decir que era como amarillenta, que se encontraba totalmente encogido entre las manos de aquel niño y cuando Marta aun sin haber llegado al sitio vio como el niño se disponía a tirar el gato por los aires su ira se disparó por los aires haciendo que soltara un chillido que se escuchó desde el otro lado de la calle. Ambos niños miraron a Marta asustados y la castaña mandó a la mierda al paso de peatones cruzando en rojo, acción que provocó que varios coches le pitaran pero aquello a la chica le daba igual en aquel momento.

La cara de aquellos niños era un poema, la mayor le quitó de las manos al gato sujetándolo entre las suyas y el muchacho que estaba al lado del que sujetaba al gato hacía no mas de segundos tragó de forma pesada.

─¿Vosotros sois gilipollas?─Habló con fuerza y ambos negaron al instante. 

 ─Pues si no sois gilipollas poco os falta, ¿os creéis que es normal coger a crías de gatos y tirarlas por los aires para comprobar si caen de pie o a saber lo que coño querías comprobar? Y ya no tiene porque ser necesariamente crías de gatos, hablo de cualquier animal. ¿Os gustaría que yo os cogiera y os tirara por los aires o os metiera petardos por la boca para ver si sobrevives?─Las palabras salían de la boca de Marta con una gran velocidad y con mucho mas que un leve enfado y aquellos niños habían conseguido algo que era prácticamente imposible. Enfadar a la malagueña.

broken roots.Where stories live. Discover now