Capítulo 12

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Zoey:

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Zoey:

¿Qué hago aquí?

No sé ni cómo Coonor termino convenciéndome de esta locura, pero ahora estoy en una habitación de hotel, desde donde por la ventana se puede ver y sentir la hermosa vista del mar.

Coonor le pidió a Max que buscara un lugar lo suficiente alejado y con nada de periodista o entrevistadores curiosos, es así como llegamos aquí, donde prácticamente nadie sabe de la existencia de "The Heirs".

Escucho a Coonor detrás de mí y me giro, para ver como acomoda su mochila sobre la cama para cerrar el cierre, después de escoger un conjunto de ropa para esta noche.

—Espera.

Levanta los ojos y cuelga su mochila al hombro.

—¿No vas a dormir aquí mismo, cierto?

No me responde y coloca su mochila ya cerrada sobre la cómoda.

—¿No esperas que duerma fuera?

—¿Es que no hay otro cuarto?

Claro que lo hay.

—Me gusta este.

Se acerca a mí y me pongo nerviosa, entonces él me toma de la mano y me hace girar en mi eje y detenerme otra vez justo con la vista sobre el mar, sus brazos me rodean por la espalda y forman un nudo juntando las manos en mi cintura y sellando nuestro espacio.

—La vista es preciosa ¿No?.—Sus labios presionan mi cuello y su estúpida voz suena sexy.

Cierro los ojos perdiéndome por un momento, pero me recupero a los dos segundos.

—Coonor.—Advierto.

Ignorándome sigue.—Estaremos solos y sé que las playas están desoladas cuando oscurece, podemos hacer el amor en la playa si queremos.

Me deshago de su agarre y me vuelvo hacia él.

—No quier..

Me calla besándome, aprieto los labios soltando un quejido y sus manos van a mi cara para evitar que me aparte, es solo un suave roce y un corto beso, se retira para mirarme y sonrio, me roba un beso más tomándome desprevenida y vuelve a retirarse para mirarme a los ojos.

—Eres un niño.

—Voy a tomar eso como un cumplido.

Paso la lengua por mi labio inferior y bajo la mirada un instante, mi corazón late rápido cuando vuelvo a subirla y despacio detengo mis manos en su pecho, las subo por sus hombros hasta acariciar su cabellera, mis dedos actúan solos, lo juro, lo atraen hacia mi empujando despacio su cabeza y nuestros labios se rozan nuevamente, pero soy yo quien no quiere dejarlo ir.

Mientras nos desnudamos me repito que es solo sexo y llego a creerlo cuando sus caderas están empezando a arremeter contra las mía, coalicionan y encajan igual que antes, como dos perfectas piezas de rompecabezas, en ese momento somos toscos y llenamos la habitación de jadeos y fuertes ruidos, sin decir ni una sola palabra, nos demostramos con caricias todo lo que sentimos y pienso que en cualquier momento vendrán los vecinos de las habitaciones al lado a quejarse.

Los Errores de mi Ex (#5 Saga Bebé)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora