Arder | Shawn Mendes

Capítulo 3

El diablo viste de rojo

La cantidad de personas había aumentado y el lugar estaba quedando pequeño para tanta gente, tanto así que ya había escuchado a unas cuatro personas murmurar mientras pasaban: "Deberían hacer una ampliación al lugar", "Cómo es que no tienen conciencia con respecto a la capacidad del local", entre otros comentarios.

Seguía sin moverme, de vez en cuando cruzaba miradas con Trevor, quien me sonreía desde la distancia, había visto a Billie irse por ahí con uno de los chicos un año mayor que nosotros y Miley seguía pegada a mi mejor amigo.

Estaba empezando a pensar que lo mejor sería irme, después de todo no la estoy pasando muy bien.

Me encaminé el lugar de encuentro, donde dos de mis amigos no se han movido, pero antes de que pudiera llegar a este un cuerpo se interpuso en mi camino.

Detuve mis pasos al instante para no chocar con la persona que esta delante mío. Lo primero que vi fue una clavícula y hombros anchos, supe en seguida que de trataba de un chico. Llevaba una polera básica roja y unos jeans negros, pensando en quién podía ser eleve mi mirada para encontrarme con unos ojos marrones que me miraban con intensidad, podría jurar que sus ojos hipnotizaban.

Supe de inmediato que se trataba del chico 08, esbozó una leve sonrisa con sus labios y me miro con detenimiento, sin saber muy bien que estaba pasando articulé: — ¿Necesitas algo? — ¿A caso los de Ronson High no tenían prohibido hablar con los de Cooper?

— Necesito un baile contigo — Crucé mis brazos por sobre mi pecho y con un gesto de cabeza, negué.

— No bailo con estudiantes de Roston — Me encogí de hombros y decidí esquivarlo, pasé por su lado, pero no pude continuar, en un rápido movimiento me tenia agarrada de la muñeca y mirándome con aquellos ojazos que escondían sentimientos. 

— Nunca nadie me dice que no — Posicionó dos de sus dedos sobre mi mejilla y los paso con delicadeza, no tenia ni puta idea de lo que estaba pasando, ¿y este que se creía? — No me gusta que me digan que no.

Sentía la mirada de Trevor y Miley en nosotros, también miradas de los alumnos de ambas escuelas, quién había notado la escena y se habían quedado pendientes.

— Acéptalo, te he dicho que no y punto — Quité su mano de mi cara sin una pizca de cuidado, puede ser muy lindo y todo, pero no dejaría que un chico Ronson terminara con mis oportunidades de estudiar en un gran colegio.

Sentí una mano en mi cintura, Trevor había llegado a salvarme de esta situación y al ver que él se ha acercado muchas personas de la otra escuela decidieron imitarlo.

Por alguna razón en todo este tiempo no he podido quitar mis ojos de los suyos, tienen algo en particular, brillan, y brillan bastante, separé ligeramente mis labios al escuchar una voz en mi cabeza.

« Oh, cariño, no sabes cuanto te arrepentirás por decirme que no. »

Quedé atónita, me sonrío irónicamente mostrando su perfecta dentadura y puedo jurar que en sus ojos vi llamas y que su color cambió marrón a rojo. Un chico lo jalo del brazo diciendo: —Basta Shawn, déjala en paz.

Y no pude quita mi vista de él hasta que decidió voltear y alejarse como si nada. Trevor me atrajo a su cuerpo y no perdí la oportunidad de decirle que me quería ir. Este sin preámbulos me llevo a mi casa, no sin antes decirle unas cuantas cosas al equipo de futbol, que no tengo idea que le habra dicho, y decirle a su novia que me vendría a dejar. 

No dije ninguna palabra más en todo lo que resto de la noche, creo que acababa de verificar el mito, porque sabía que lo que mis ojos habían visto era real, sabía que aquellas llamas que vi reflejadas en unos ojos solo podían pertenecerle al diablo y creo que había encontrado el mío.

Ese tal Shawn, chico 08, de un momento a otro pasó a convertirse en mi diablo.