Capítulo 3. ( autora Virginía Camachó).
Mi estable mundo agitaste con tu voz Estúpidos muros que cayeron ante ti Nada pude hacer, nada que decir Decisiones firmes olvidadas por tu amor.
El día de su boda, Candy despertó llena de energía. Había hecho las paces con la idea de casarse con Terry y aunque no podía ignorar las razones por las que se casaba, que no eran románticas como siempre soñó, eran su realidad, y le estaba yendo mejor de lo que cualquiera podía decir. Tampoco pensaba que sería un sacrificio entregarse a él en la cama; luego de los besos, las caricias, y todos los jugueteos y toqueteos, estaba segura de que podría llegar hasta el final con él sin desear morirse o detenerse. Suspiró cuando vio que su madre entraba a su habitación con la bandeja de su desayuno en las manos.
—Mamá, no hagas eso.
—Hoy se casa mi única hija —sonrió Lucile—. Mi bebé, hoy se va de mi casa, de mi seno. Tengo que atenderte —Candy sonrió sumamente enternecida—. Estoy segura de que a tu padre le habría gustado Terry para ti—. Candy no dijo nada, sólo miró su bandeja de desayuno pensando en que siempre soñó con que su padre la entregara en el altar. Muchas cosas no habían salido como las soñó.
—Te voy a extrañar, mamá —dijo—. Hasta pienso que deberías venirte a vivir con nosotros.
—Nada de eso, ustedes en su casa, y yo en la mía.
—Tampoco creo que él lo permita —rio luego, casi corrigiéndose—. Y lo más seguro es que no. Y tampoco sé si en su casa hay habitaciones adecuadas.
— ¿No conoces su casa? —Candy se encogió de hombros tomando su jugo de naranja—. Candy, tú... ¿no has tenido aún intimidad con Terry ? —Candy se atragantó con el jugo y empezó a toser.
— ¡Mamá!
—Ah, ¡no me digas que ese tema te avergüenza!
— ¡Contigo, sí!
—No seas tonta, soy tu madre. Entonces... ¿no te has acostado con Él ? —Candy , roja, meneó su cabeza negando—. ¿Y ese hombre ha esperado?
—Sólo han sido dos meses.
— ¡Dos meses sin sexo para un hombre sano es el infierno! —Candy miró a su madre con ojos entrecerrados.
—Yo también llevo dos meses sin... quiero decir...
—Las mujeres estamos hechas de otro material. Dios querido, ¡te ha esperado! Eso habla muy bien de él. Y tú llamándolo cavernícola y Neandertal...
—No te dejes encandilar.
—Te diría todo lo que sucede entre un hombre y una mujer, pero eso ya lo sabes desde que cumpliste los diecinueve.
— ¿Lo sabías?
—Fuiste la primera en perder la virginidad entre tus amigas. Linda fue la última, y a veces pienso que aún es virgen —Candy tosió para no reír. Minutos después, entró a su habitación un batallón de gente.
La boda sería en la tarde, y luego, una cena con baile. Terry le había dicho que antes de la media noche se irían juntos. A un hotel, tal vez, porque no había planeado viaje de bodas, sus razones habían sido que no podía ausentarse en este momento tan crucial para la empresa. Ella no se había enfadado; después de todo, el objetivo de este matrimonio era salvar la empresa, no el romance.
Para Terry, casi fue un día más de trabajo; toda la mañana estuvo ocupado, y sólo hasta que se hizo la hora de ir a vestirse se detuvo. Se había traído a su secretaria, que también estaba hospedada en la casa como una invitada más, y desde la buena mañana se había encerrado en la biblioteca para dedicarse sin interrupción a su trabajo junto a Robert.
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CORAZÓN con etiqueta 🖤🔖
FanfictionAutora Virginia Camacho «Saga Príncipes» «Candy Candy animé»