Capítulo XI.

2.4K 166 30
                                    

Satou Masaki:

No podía creer lo que estaba pasando. Sus dedos dentro de mi hacían que mis gemidos fueran incontrolables. Era como un sueño... De verdad me había enamorado de un chico insensible y adicto a estudiar. Su hermoso físico me hipnotizaba.

Me besó bruscamente y luego se recostó en mi hombro. Lo abracé fuertemente.

-No sé qué me pasa contigo... Haces que me vuelva alguien que no soy.

Puse mi mano en su mejilla y lo besé tiernamente... De verdad me había enamorado.

Comenzó a tocar mi miembro e hizo que me viniera... Me abrazó mientras besaba mi cuello. Luego besó mis labios suavemente y su respiración comenzó a agitarse...

-Mentí...
-¿Sobre qué?
-No quiero que seas sólo mi amigo... Te quiero y me gustas mucho.

Lo besé antes de que dijera algo más lindo que lo que acababa de decir. Me alejó y acarició mis labios con sus dedos. Sonreí, me besó con pasión. Era el día más feliz de mi vida.

Se levantó de la cama y se puso la camiseta. Me senté y también me vestí.

-Vamos a comer, tengo mucha hambre.
-Sí.
-¿Crees que mi hermana se dió cuenta de lo que hacíamos?
-Lo dudo, es muy joven aún.

Me levanté de la cama y caminé hasta el espejo, me organicé el cabello y me acerqué a Takeshi. Lo abracé. El me dio un beso en la mejilla y luego en los labios. Sus labios eran los más provocativos del mundo, quería morderlos y lamerlos...

Metió su lengua en mi boca, me sorprendí y mis latidos se aceleraron. El posó su mano en mi pecho y mientras me besaba sonrió.

Paré el beso.

-Satou... ¿Por qué te late tan fuerte el corazón?

Se rió. Le di un beso y metí mi lengua en su boca, rodeé su cuello con mis brazos. Para terminar el beso me alejé lentamente.

Su corazón había comenzado a latir igual que el mío, toqué su pecho.

-¿Y a ti por qué te late así?
-Es que haces que todo mi cuerpo se vuelva un desastre, pierdo el control...

Justo en ese momento sonó la puerta. Obviamente era su hermana, tal vez ella si sabía lo que pasaba. Takeshi abrió la puerta y sí, era su hermana.

Ella entró y se acercó a la cama, Takeshi la miró y luego a nosotros, ella caminó al escritorio y se sentó en una de las sillas, no dijo nada, sólo nos observaba.

-¿Qué te pasa? No me veas así.
-Hermano, no te veo de ninguna manera en especial...

Sonrió y luego me miró de pies a cabeza... Luego a toda la habitación y se cruzó de piernas.

Takeshi me miró un poco confundido por la situación, yo sonreí un poco incómodo por la mirada de su hermana de 14 años que parecía una detective. Por eso y otras razones más no me gustan las mujeres...

-¿Qué hacían en todo este rato?
-Platicábamos.
-¿En la cama? Son muy... Demasiado cercanos.

Su hermana sólo quería probarnos, era obvio que ya sabía todo, sus gestos eran muy extraños y lo que decía era aún más extraño.

Takeshi la miró con los ojos entrecerrados y ella sonrió maliciosa. Me miró de nuevo y se levantó bruscamente de la silla.

-Las paredes hablan...
-Yui, estás loca.
-Ni lo digas... Oye, ¿Qué hacían?

Él se pasó la mano por el rostro como si estuviera estresado y me miró. Yo sólo podía reír, esa niña estaba loca. Ellos seguían mirándose, ella con una mirada de lo más extraña y él con una mirada cansada.

Caminé hasta el escritorio y tomé mi teléfono móvil, miré rápidamente y vi que era muy tarde, ya iba a anochecer y no habíamos terminado el trabajo.

-¡Dime la verdad!
-Yui, las novelas son malas, te están volviendo melodramática...

Me reí de todo lo que decían ellos, eran dos hermanos hablando mucho y a la vez no hablaban de nada.

Me le acerqué a Takeshi y tomé su brazo para llamarle la atención. Él volteó a verme. Su hermana nos observaba de una manera inquietante.

-Es muy tarde.
-¡No hemos hecho el trabajo aún! Maldición. Quédate a dormir hoy, lavaré tu uniforme.

Asentí con la cabeza. Takeshi sonrió y puso su mano en mi hombro, con su pulgar tocaba mi cuello.

Una apuesta porque me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora