2/2 - Capítulo XXVI.

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Miyazaki Shun.

Estábamos abriendo todas las cajas, no iba a ser tan fácil organizar las cosas.

Haruka se acercó y me ayudó a sacar lo que había en una de las cajas, tomó las cosas y las dejó en la mesa de la sala.

-Shun, olvidé decirte que mamá va a venir más temprano de lo acordado, dice que quiere ayudarnos.
-Por mi está bien, hay mucho por hacer.

Después de tanto tiempo al fin habíamos logrado dar otro paso más.
Sonó el timbre, Haruka corrió a abrir la puerta. Seguramente era su madre.

Entró y miró todo, se acercó a mi y dio unas palmaditas en mi espalda. Le entregó una bolsa a Haruka, él la miró y la dejó en la cocina.

-No sabes en lo que te has metido, Miyazaki.
-¡Mamá! Deja de asustarlo.

Solo me reí. Aún no me creía que estuviera pasando lo que tanto anhelábamos. Haruka fue a la cocina y comenzó a preparar té. De la bolsa que su madre le entregó, sacó unas galletas y las llevó a la sala. Volvió a la cocina y llevó las tazas con té.

Se acercó a mi, tomó mi mano y me llevó a la sala. Nos sentamos.

-Descansa, no tienes que hacer todo tú.  -Dijo Haruka entregando una taza a su mamá  y otra a mi-
-Gracias.
-Hijo, no sabía que podías preparar té.
-No la escuches, Shun, solo quiere espantarte.
-No es cierto, solo bromeo.

La felicidad no me dejaba hablar, solo podía reír. Aunque antes planeamos vivir juntos, no pensé que ese día llegaría.

El tiempo pasa muy rápido, sin darnos cuenta, ya nuestras familias habían aceptado nuestra relación, luego dos años se fueron volando y Haruka terminó la preparatoria y presentó el examen a la universidad.

El siguiente paso sería ir a San Francisco y casarnos.

-Miyazaki, ¿Cuándo llega tu familia?
-A las seis.
-Mamá, es que llegaste muy temprano.

Ahora ya habíamos logrado formar una familia. De dos chicos, pero no necesitábamos más que eso para ser felices, nosotros dos juntos podíamos ser felices...

Una apuesta porque me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora