Capítulo XX.

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Satou Masaki.

Soy tonto. Debí decirle lo que me pasaba antes de explotar como un loco... Mis estúpidos ojos no dejaban de llorar.

Me calmaba un poco cuando me tocaba, pero no era esa la solución. Los celos son lo peor que me puede pasar. ¿Por qué había dormido Haruka en la casa de Takeshi? ¿Por qué me mintieron? ¿Por qué me sentía tan mal? No significa que haya pasado algo entre ellos... Pero me mintió, y no sólo una vez. Ay dios, ahora entiendo a Takeshi, por eso no quería una relación.

Estaba besándome tiernamente, y por otro lado, yo parecía desesperado.

Sólo quería probar que Takeshi es solo mío, que nadie más puede tocarlo... Pero eso no lo decido yo.

Sus besos, sus manos cálidas. No había algo que me diera más tranquilidad. Desabotoné su pantalón. Quitó mi camisa.

Nada estaba bien, ¡Nada! Absolutamente nada... Mis lágrimas se detuvieron al fin.
Quitó mi pantalón, luego mi ropa interior. En serio quería hacerlo. Era la primera vez que me pasaba eso, y no era bueno, se sentía un poco estresante.

Besó mi abdomen y luego lamió mi miembro. Era muy extraño todo, pero no me molestaba, ya que estaba haciendo lo que quería. Lo malo era que yo sabía que él notaba mi desesperación.

Paró de lamer mi miembro y aplicó lubricante. Me penetró. Lo había hecho tan rápido gracias a mi desesperación e inquietud...

No paré de besarlo mientras teníamos sexo. En serio era muy extraño todo, pero como dije antes, no me molesta.

Todo pasó muy rápido. Por estar sumergido en mis pensamientos, no estuve cociente de lo que hacíamos, lo sé, eso no estuvo bien, pero fue inevitable.

Era la primera vez que estaba en una cama con otra persona y ambos desnudos y abrazados. Era un día distinto a los demás. Lo abracé poniendo mi cabeza en su pecho, el me abrazó. Besó mi frente, lo miré, él sonrió y me besó, mordió mis labios y siguió besándome, metió su lengua. No quería dejar de besarlo. Agarré su cuello y lo acerqué a mi, él tomó mi mano haciendo que no lo agarrara tan fuerte, paró de besarme por un momento.

-Dime lo que pasa...

Volví a besarlo. Él me apartó suavemente. No tenía más opción que hablar, era peor si no le decía nada, se iba a preocupar. ¿Estaría preocupado? Siempre estaré lleno de inseguridad... Dudando sobre todo.

-Masaki. Te amo, puedes decirme cualquier cosa.
-¿Por qué me mentiste?
-No lo hice.
-Ayer vi que Haruka te visitó.
-Si, ¿Te molesta?
-Pasó la noche aquí... ¿No es cierto?
-Sobre eso...

¿Que si me molestaba? Uno de los momentos más molestos de mi vida fue ese. Dejé de abrazarlo y me senté, estaba enojado, no podía creer que él me estuviera mintiendo.

-Solo me ayudó a organizar unas cosas.
-¡Habla como se debe! Me enoja que digas "unas cosas", "haciendo algo", "un amigo"... ¡No me dices nada!

Takeshi me llevó hacia él y me abrazó con mucha fuerza, traté de apartarlo, pero tiene más fuerza que yo. Me besó sin que yo quisiera. Mientras lo empujaba, el me besaba más, aunque yo no abriera mi boca. De tanto luchar me cansé, en realidad, me rendí y abrí mis labios, segundos después, respondí el beso. Era imposible negarse a un beso de Takeshi. Nos besamos un largo rato, hasta que se apartó un poco para hablar.

-¿Crees que me acosté con tu mejor amigo?

Me quedé en silencio, era obvio que si creía eso. Su mirada era como si le hubiese dicho algo gracioso. Comenzó a reírse. Tomó su teléfono que estaba en el escritorio y me lo entregó.

-Mira el registro de llamadas. Puedes ver quienes me llaman.

Lo miré, la mayor eran de mías... Y también habían muchas de Yui, una de su mamá, y dos de Haruka. La de ayer en el salón era de Haruka. Cuando pregunté quién lo llamaba, dijo "un amigo".

Le entregué el teléfono bruscamente. Takeshi en serio tiene paciencia, no entiendo cómo puede ser tan calmado siempre.

-Cuando te pregunté quién te llamaba, dijiste que era un amigo.
-Lo es.
-¿No podías decir que era Hatuka?
-¿En realidad importa?
-Bien... ¿Por qué no dijiste que había dormido aquí?
-¿Quieres que te diga la verdad? Él me esta ayudando a hacer algo para nuestra cita el sábado...

No sabía qué responder. Me acosté a su lado de nuevo y me crucé de brazos, él se volteó a mirarme. Me sentía muy mal por haber pensado algo así, pero era su culpa por mentirme, aunque tenía que hacerlo, después de todo, estaba preparando una sorpresa... Y para hacerla mejor, le pidió ayuda a Haruka. ¡Me porté como un tonto! Y ya no sabía cómo arreglar las cosas.

Me abrazó y cerró los ojos. Lo miré, tal vez estaba molesto, pero no sabía qué hacer. Su hermoso rostro estaba frente a mi, su olor me hace sentir que estoy en un lugar seguro y cálido, su piel me encanta... Lo abracé y me acurruqué. Puso su brazo sobre mi y me acercó más a él. Tenía que arreglar lo que había hecho, no quiero ser siempre el culpable de las discusiones. Además él no es experto en relaciones, no creo que se haya percatado de no hacerme sentir celos.

-Takeshi...
-Una pregunta... Si te llamo "Masaki", ¿Por qué aún sigues diciéndome "Takeshi"?

Me alegré de que no estuviera enojado conmigo, en serio que él es perfecto. Lo abracé más fuerte, vi cómo sonreía, besé su pecho. Él abrió sus ojos y me besó. Lo que más me gusta de él, son sus besos, tan cálidos y dulces... También me gustan sus abrazos, también su sonrisa, su voz, su personalidad, su lindo cabello oscuro... Creo que no sé qué me gusta más de él. Besó mi cuello.

-¿No dirás mi nombre?
-Te amo, Kei... Eres perfecto.
-Yo te amo más. Por eso quiero que tengas seguro que jamás te voy a engañar.

Acarició mi espalda mientras besaba mi cuello. Sin darme cuenta, me quedé dormido, la calidez de su cuerpo me arrulla. Sus caricias me tranquilizan y relajan.

Una apuesta porque me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora