Capítulo lll.

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Satou Masaki:

Después de unas horas, me levanté de la silla y guardé mis cosas, sentí que Takeshi me miraba y lo miré, nuestras miradas se encontraron. No podía dejar de pensar en que lo había besado...

-¿Ya te vas?
-Ehh. No quiero incomodar más, así que continuamos otro día...
-Como quieras. ¿Mañana estaría bien? Me gusta hacer los trabajos con tiempo.
-Si, claro.

Se levantó de la silla y se estiró... Su cuerpo tan atractivo, delgado, ejercitado y alto, su hermoso cabello y su rostro serio...

Caminó a la puerta, lo seguí. Me acerqué un poco, pero él se alejó.

-¿Quieres beber algo?
-Si...
-¿Té, café o jugo? O agua, si prefieres.
-Té, por favor.
-Puedes sentarte.
-Gracias.

Me senté en el comedor... Después de unos minutos, Takeshi se sentó y me entregó una taza. Me miraba fijamente a los ojos, miró mis labios y bebió un poco de té.

-Takeshi... Sobre lo que pasó antes...
-Mañana seguiremos con el trabajo.
-No es sobre eso.
-No me interesa nada más que eso.

Se fue a la cocina y se sirvió más té, tomó la jarra con té y la trajo a la mesa.

-¿Quieres más?
-Está bien.

Sirvió té.

Cuando llegué a mi casa no podía dejar de pensar en él. Mis amigos me dijeron que intentara seducirlo para comprobar que es gay. Al principio no quise aceptar, solo que siempre me ha gustado Takeshi, no me atrevía a hacer nada porque Takeshi es muy frío y porque mis amigos molestan a los chicos gay, pero esta es mi oportunidad perfecta.

El siguiente día fui a la preparatoria y me senté en el escritorio de Takeshi a esperarlo. Él llegó minutos después, dejó su mochila y se sentó en su silla.

-¿Por qué estás ahí sentado?
-¿Quieres almorzar conmigo hoy?
-No suelo estudiar mientras almierzo.
-Quiero comer contigo, ¿Puedo?
-No.

Su cortante tono de voz es encantador. Me acerqué a su rostro casi para besarlo, me miró a los ojos, tomó mi barbilla y me apartó... le sonreí y el me miró como suele hacerlo.

-Hoy podemos ir a mi casa, si quieres.
-No, gracias. Prefiero estudiar en mi casa.

Me enoja saber que de todas las personas, él es el único que no me hace caso, todos cuando les coqueteo me hacen caso, excepto él...

Tomé su mano y me acerqué de nuevo, él me miró unos segundos y alejó su mano, con su otra mano, empujó suavemente mi cara.

Una apuesta porque me gustas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora