capítulo 5

132 8 1
                                    

¿Por qué tenía que ser esta su suerte? ¿Por qué? Emma había sido el blanco de las críticas y malas miradas de las chicas de la clase. El ambiente fue frio. Ella lo noto de inmediato al cruzar la puerta de entrada al salón.

Dio respingo y se quedó sentada en la silla al lado de la ventana. Por suerte la clase ya había acabado y ella se encontraba sola ahora. Si, tenía ese extraño apego a los salones vacíos. Podía encontrar paz consigo misma cuando no escuchaba otra cosa que el silencio.

Eran aproximadamente las 4 de la tarde y la escuela estaba completamente vacía.

-¡Estúpido! – Se reprochó – era un estúpido. Por su culpa, ahora tenía que aguantarse a ese montón de chicas celosas detrás de ella. ¿Por qué simplemente no le quito la guitarra de las manos en ese momento?

Emma miro por la ventana. Los leves rayos del sol, tocaban su rostro. – si ella hubiese sabido la razón por la cual él no quería que la tomara (La guitarra) ella simplemente no lo hubiese hecho. Era una molestia todo eso. 

Era su primer día ¿Por qué tenía que iniciar así?

Se levantó de la silla y decidió salir del salón. En ese instante, al cruzar el umbral de la puerta escucho una hermosa voz femenina prominente del salón de canto. Emma sintió algo, aquella voz era hermosa. ¿Por qué estaba alguien en el instituto cuando se suponía que todos ya debían haberse ido?

No supo exactamente que fue, pero la curiosidad la invadió y sin darse cuenta, se acercó a paso lento hacia el salón de canto.

En él estaba una hermosa mujer practicando mientras tocaba en el piano una hermosa melodía.

Su voz era casi perfecta y supo de inmediato que ella debía ser una profesora. La impresión fue tanta que quiso decir algo pero así al mismo tiempo en que quiso hablar, escucho la voz de Andrew entrar al salón por la otra puerta ubicada a la derecha. 

Emma se estremeció ¿su mala suerte seguiría? Tener cerca a ese chico no era buena señal.

Andrew aplaudió mientras se le acercaba a la mujer y de inmediato llamo la atención de la profesora.

-¿Por qué sigues haciéndolo? - le pregunto ella dejando de tocar el piano – te dije que no siguieras viniendo aquí después de las clases.

-No puedo dejar de hacerlo. – dijo el – me prometí a mí mismo hacerlo.

-Pero no es correcto, Andrew, - renegó - Debes irte No es muy común que Un Alumno y una profesora estén solos en un salón. Además yo ya he terminado aquí.

-Entonces la acompañare a su casa.

-No es necesario. – la mujer se levantó de piano, y tomo su bolso.

-Quiero hacerlo – Andrew sonrío y junto a ella, salió por la misma puerta por la que Él entró.

A Emma se le hiso un nudo grande en el estómago. Algo extraño. Fue bastante raro para ella escuchar esa “Conversación”… si Andrew… el… ¿Por qué ella debía enterarse de sus cosas? No le interesaban, es más ni le importaban, pero sin embargo, esa “Conversación” le causo una extraña incertidumbre. Fue como si se le acelerara el corazón al ver ese tono apacible y sumiso que el utilizo al hablar con aquella mujer, al parecer una profesora. Él Se mostró totalmente diferente con ella, como si fuera otro y a Emma sin duda, le afecto. ¿Por qué? no lo sabía, pero de algo si estaba segura. Debía dejar de pensar en esas cosas absurdas, al fin y al cabo, él no era nadie.

Dio un suspiro y se dirigió a casa. Lo que seguiría sería más complicado.

“Al día Siguiente”

Emma tenía su mochila al hombro. Iba a tarde. Eran casi las 9 de la mañana y su clase empezaba a las 8:30. Si, tenía media hora de retraso y esto era malo para ser su segundo día. Estaba tan acostumbrada al llamado de su madre que ahora que había tomado una vida de “Estudiante de instituto” independiente, se le hacía difícil lo de la puntualidad. Cerró la puerta de su apartamento con seguro y en menos de 10 minutos estuvo en “Dreams”

Se dirigió rápido hacia el salón de cuerdas, pero el brazo de alguien la detuvo inesperadamente. Ella alzo la mirada y pudo ver a una chica. Una chica delgada de cabello castaño.

--¿Te sucede algo? – le pregunto Emma mientras se soltaba del brazo. A esa chica no la conocía

-Tengo algo que hablar contigo. - Emma sonrío.

-Ahora no tengo tiempo, lo siento.

-No me importa – renegó. Esa joven parecía ¿Molesta? - ¿crees que no se cual son tus intenciones?

-¿intenciones? – Repitió - No se dé que hablas - Emma miro ahora con seriedad y sin decir ninguna palara, ya que esta chica le pareció altanera dio un paso para alejarse.

-Andrew nunca se fijara en ti ¿escuchaste? - ¿Qué? Emma dio media vuelta de inmediato al escuchar semejante frase – él ya tiene alguien que le gusta y eso no podrás cambiarlo.

-Y a ti ¿Quién te dijo que él me interesa? – su tono fue firme ¿podía ser más ridícula esa castaña? – Preocúpate de tus asuntos. Ese chico no es el centro del universo. Pobre tonta.

Siguió su camino ahora molesta. ¿Quién puede pensar semejante cosa? ¿Ella acosando a Andrew? Solo una cerrada de cerebro, Pero… había dicho que tenía él ya tenía a alguien que le gusta…. Las imagines de la tarde anterior pasaron por la cabeza de Emma haciéndola imaginar cosas 

Podía ser posible que Andrew y la Pro…. No, movió la cabeza de un lado para otro. Sea como sea, eso a ella no tendría que importarle ni un poco. Pero, la verdad si le causaba mucha curiosidad.

-¡Oye tú! – escucho de repente al mismo tiempo en que sintió un pecho chocar con ella. Definitivamente, andaba algo torpe. Eso lo pensó. Alzo la mirada y se encontró con los mismos ojos miel de siempre - ¿Acaso no te fijas por dónde vas?

-Eso mismo te pregunto a ti. Chico engreído.

¿Quién entiende a los hombres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora