Winter - MarkSung

Wolf

Pasaron dos semanas para que el lobo pudiera volver a caminar. Los joviales hermanos cuidaron de él durante ese tiempo con la ayuda de su amable madre.

Llegó el invierno y aún quedaba un poco para recuperarse, pero el animal ya podía dar pequeños paseos.

Jisung le acompañaba en muchos de ellos. Caminaban sobre la nieve esquivando algunas ramas bajas y raíces que sobresalían del suelo.

Esta mañana, Lami y el lobo estaban tendidos sobre la nieve, agotados después de jugar un buen rato. Jisung estaba un poco más allá, sentado en una silla, con un libro en una mano y una manzana roja en la otra. Pero él no prestaba atención a su lectura, su vista iba subiendo sobre las páginas para poder observar con detalle al hermoso lobo cubierto de nieve.

El lobo no notó su mirada, pero como él también miraba muy seguido, casi lo pareció. Jisung desvío la mirada casi al instante y volvió a centrar su atención en su lectura.

La madre de los dos hermanos les mandó a llevar algunos recados al pueblo, ellos gentilmente obedecieron las peticiones de su madre, llevándose un cesto y una sonrisa hacia el mercado.

Justo cuando regresaban se toparon con un señor de lo más desagradable. Era bajito, con una barba marrón-grisácea, sucia y descuidada. Llevaba ropajes sucios y con algunos agujeros. Pero los dientes de oro que llenaban una mueca de desprecio decían otra cosa.

Chocó contra ellos, aun cuando estaban apartados del paso y había espacio de sobra para pasar. Ellos, como buenas personas que eran, se disculparon con amabilidad.

Él solo les respondió con lenguaje grosero hacia los inocentes hermanos. Los chicos no se alteraron, sino que se disculparon de nuevo y se marcharon.

El lobo les estaba esperando a unos cuantos metros de la casa. Cuando los vio, corrió feliz en su dirección, saltando sobre ellos y lamiéndoles todo el rostro.

Los chicos rieron jovialmente  olvidando el incidente de aquella tarde, y ambos se divirtieron junto a su amigo de cuatro patas el resto del ocaso.