¿You remember me?, Never let me go. (Zayn y tú)

Capitulo 26 "La sorpresa"

En el lugar que paramos estaba totalmente oscuro, no lograba distinguir en donde estábamos. Además Zayn me vendó los ojos una vez que bajamos del auto.

-No me dejes caer, por favor-digo un poco temerosa.

-Nunca haría eso -me hace tambalearme un poco y ríe. - Fue con intención. Confía en mí, no haré que tropieces. - Asiento.

Él era mis ojos en estos momentos.

Sentí que abrió una puerta e ingresamos a donde quiera que sea, luego siguió guiándome por quién sabe dónde. De pronto me pidió que no avanzara.

-Ahora puedes mirar -dice cuando saco la venda de mis ojos. Quedo totalmente paralizada con lo que tenía en frente, mi rostro de sorpresa al parecer hace que él deje escapar una carcajada.  -¿Te gusta? -irguió un poco su cuerpo, demostrando un poco de inseguridad.

-¡Esto es impresionante!, ¿Cómo no me va a gustar? -sigo en el mismo lugar, no logro moverme. Él se preocupó de darle un ambiente clásico, hasta el aroma es el que me gusta, mi favorito. La mesa que está en frente de nosotros está ordenada y lo que había en los platos se veía completamente apetecible, hasta está mi frase favorita de Gandhi, “No hay camino hacia la paz, la paz es el camino.” -¿Tú preparaste todo esto?-me acerco a ver unos candelabros.

-Con ayuda, pero a mí se me ocurrió el ambiente… sólo me acordé de tus cosas favoritas -se pone a mi lado. Sonríe.

Le doy un fuerte abrazo. - ¡Esto es lo más lindo que han hecho por mí!, hasta te acordaste de mi frase favorita -vuelvo a observar todo.

Ríe, seguramente al verme feliz. - ¿Cómo olvidarla?, siempre lo decías, cuando vez la injusticia que hay o que ocurre en una situación… recuerdo que una vez dijiste: La gente suele decir que quiere que haya paz, que deje de haber tanta crueldad. Pero ellos no se dan cuenta de que la paz no va a llegar, ellos tienen que unirse al camino de la paz. - arquea una ceja- Me acuerdo porque estábamos viendo una noticia en la cual un niño era maltratado. Y los dos estábamos enojados, quedamos en que ambos ayudaríamos a la gente, que convertiríamos el mundo en un lugar agradable. - ¿Cómo puede acordarse de eso?, es increíble.

-Ahí fue cuando supe que quería estudiar sociología -sonrío- Que recuerdes todo eso es impresionante. -Le doy un pequeño beso en los labios. -Gracias, gracias por esto Zayn, no sabes lo feliz que estoy.

-Es lo que quiero, quiero que seas feliz. -acomoda un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. -Ahora vamos a comer antes que se enfríe.

Corrió la silla para que yo me sentara. Las velas estaban encendidas, los candelabros eran como de la época clásica, o victoriana, aunque los servicios, los platos, todos eran del mismo estilo.

Hasta se encargó de que cenáramos mi comida favorita. Este hombre es una ternura viviente y un romántico empedernido. Creo que me hace amarlo cada día más, sí, lo amo.

(…)

Acabamos la cena y en el momento del postre, que por cierto también era mi favorito, lo noté nervioso, como si quisiera decirme algo.

-¿Estás bien? -frunzo el ceño.

Asiente. -Sí, estoy bien… sólo un poco nervioso. -reconoce.

Hago una media sonrisa. - ¿Por qué?

Suspira. -Por lo que quiero decir ahora -Ladeo mi cabeza. Él comprende que quiero que siga. - Nosotros tuvimos una historia, la que quedó con puntos suspensivos, ninguno de los dos quiso borrar dos de ellos y dejar un punto final. Quizás porque ambos sabíamos en nuestro interior que volveríamos a encontrarnos, que el destino no nos había jugado una mala pasada. -asiento- Tengo recuerdos en los cuales te veo aún en los pasillos de la escuela con tus amigas, yo iba dos cursos más arriba que tú, pero te las arreglabas tan bien para pasearte por mi cabeza como si fueras de mi misma edad, y no era porque eras mi vecina a la cual a veces tenía que acompañar a la escuela o se quedaba en mi casa un rato mientras tu mamá hacía sus cosas, sino porque eras y eres una persona muy especial, tu personalidad me atraía, me atrae y me atraerá. -Sonrío mostrando todos mis dientes. - Cuando escuché tu voz ese día en la playa, supe al instante que eras tú, tenías que ser tú, pero mi miedo me ganó y no me atreví a hablarte, me arrepentí toda la noche. También me llené de preguntas de si me recordabas de la forma que yo lo hacía, si me reconociste. Y quizás son preguntas tontas, por el hecho de yo formar parte de un grupo de música y aparecer en revistas, televisión, etc… pero me refería en la parte de sentimientos. -finaliza con un encogimiento de hombros.