¿You remember me?, Never let me go. (Zayn y tú)

Capitulo 39 "Gripe"

De vuelta a Londres, de vuelta a la universidad. El día estaba helado, además de haber lluvia, escuchaba como las gotas chocaban contra la ventana y me imagino estando en mi cama acostada, viendo alguna película y bebiendo chocolate caliente.

-_____, despierta. –susurra Cora. - ¿en qué planeta estás? – pregunta sacándome completamente de mis pensamientos.

Vuelvo mi cabeza hacia ella. – En el planeta “sáquenme de aquí” –digo entre dientes y frustrada.

Pone los ojos en blanco. – Calma, quedan treinta minutos. –me guiña.

Parecía que los minutos fueran horas, la clase de economía se había vuelto una tortura.

Cuando finalmente terminó la clase, salté de mi asiento y Cora me siguió, llegamos al pasillo y dramaticé un suspiro. Quería irme a casa, no me sentía bien, me dolía la cabeza, las amígdalas de seguro que las tengo inflamadas; lo bueno es que me queda una hora de clases, luego a descansar, aunque no tanto, tengo que estudiar.

-No te ves bien, creo que tienes gripe. –Isabella habla mientras conduce.

-Seguro que sí, porque me siento horrible, como si me hubiesen golpeado la cabeza con un martillo. –exagero.

-Eso explica los chichones en tu frente. –Cora se burla por mi exageración anterior.

Isabella y yo reímos. –Llegaré a dormir -comento.

Me bajé en mi casa.

Le dije a mi mamá que me sentía mal y ella corrió a traerme una pastilla, dijo que fuera a dormir un rato, y así lo hice. De seguro me molesta dormir, eso lo hago muy bien, dormir soluciona muchas cosas, al menos para mí.

Dormí como dos horas, me levanté a estudiar un rato, pero no pude más de media hora, mi cuerpo no me dejaba.

-_____ tienes fiebre –dice mi madre, midiendo mi temperatura. - Tendrás que quedarte en cama, te prepararé un  sopa riquísima que te hará sentirte mejor.

Frunzo el ceño. –Pero no puedo faltar a clases. –me quejo.

-¿Tienes algún certamen o alguna prueba? –toma mi mano. Niego. –Entonces que te quedes un día o dos en casa no será tanto, además tienes a Cora, para que te ponga al día. –Asiento. Besa mi frente.

Ella dejó mi habitación, para hacer la sopa que había dicho anteriormente. Encendí la televisión, busqué que ver, daban CSI, me gusta mucho esa serie. Justo cuando iba a terminar la serie, mi madre trajo un poco de sopa.

Sentí como me reconfortó, la fiebre bajó un poco. Mis ojos se cerraban, sí que me dormí nuevamente.

Desperté temprano, quise ir por algo  beber, mi boca estaba seca. Bajé y me encontré con mi padre leyendo el periódico, me sonrió alegremente y yo fui a la cocina por un vaso de agua.

Volví hasta donde se encontraba mi padre.

-¿Cómo te sientes? –pregunta con preocupación.

Bebo un sorbo. – Mejor, pero aún tengo las amígdalas inflamadas…

-Y la nariz congestionada. –termina por mí. –Hablas gangoso. –ríe.

-Sí… no te rías. –rio junto con él.

Saqué una manta del armario y me envolví en ella, me puse al lado de mi padre, nos pusimos a ver televisión. Mamá se nos unía a cada cierto tiempo, papá tenía el día libre, no sabía por qué y tampoco quise entrometerme. Pero sabía que algo ocultaba, porque él y mamá actuaban un poco raro.

Después de almorzar, hablé con Cora, para que me pusiera al día, dijo que hasta el momento solo teníamos un ensayo de filosofía que se debía entregar la próxima semana.

Fui a mi habitación y comencé a trabajar en el ensayo, al principio no lograba avanzar, escribía algo y luego lo borraba.

-Hola amor. –respondo al teléfono con ternura.

-¿Cómo estás?, suenas graciosa. –escucho una leve risa.

-Es porque estoy congestionada –rio- no te burles, me dio gripe, estoy en cama y aburrida. –suspiro.

-Recupérate, me gustaría estar ahí contigo. –A mí también me gustaría. - estaría dándote mimos, mientras vemos alguna película.

-Sí, sería perfecto, necesito tus caricias. –Hago puchero- también me hace falta una caja de bombones. –rio.

-A mí un energizante… tengo sueño y necesito trabajar. –escucho como bosteza.

Hablamos unos minutos, hasta que él tuvo que volver a su trabajo. Seguí intentando con mi ensayo, pero la cabeza comenzó a doler después de un rato, bajé por alguna aspirina, vi a mamá regando sus plantas. Cuando mamá no está bien ella le dedica tiempo doble a cuidar de las plantas, las arregla, hasta les habla a veces. Recuerdo que de niña solía decirme que había que hablarle a las plantas, que ellas escuchaban, son seres vivos y hay que cuidarlos.

Me quedé viéndola por la ventana un rato.

-¿Estás bien?, ¿necesitas algo? –pregunta cuando se da cuenta de que la observaba.

-No, estoy bien, gracias. –Cruzo mis brazos. - ¿Tú estás bien?

Me queda viendo. – Sí, solo un poco preocupada… -limpia sus manos.

-¿Segura? – Insisto.- ¿Por qué preocupada?

-Tranquila, todo estará bien. –sonríe, fue una sonrisa fingida, pero no quise seguir dando vueltas al tema.

Jess quiso que la ayudara con un trabajo de manualidad, tenía que hacer una maqueta, incluso papá nos ayudó con ella.

Así pasó el día.

Decidí ir a la universidad, me sentía mejor, me abrigué, tomé una pastilla y también propoleo, no me gusta, pero mamá insistió.

Llegué unos cinco minutos tardes a clases, el señor Morgan me quedó viendo serio, pero no emitió ningún comentario, busque a Cora y me senté con ella, Ronald estaba un puesto más atrás, lo saludé y me acomodé al lado de mi amiga.

-¿Estás mejor? – pregunta en susurro casi.

Asiento. –Sí, gracias.

 Ya llevábamos un mes y medio de clases, el esperado viaje a Italia se acercaba, aunque ya no sé si tan esperado, porque han surgido algunos problemas en mi familia, Zayn estará más lejos, extrañaré a mis amigas.

Mi padre tuvo que hacerse algunos exámenes y no salieron del todo bien, es por eso que mi madre andaba apenada. Tiene que tratarse, porque puede tratarse de un cáncer, estamos todos bastantes preocupados, pero tengo fe de que se trate de otra cosa.

Hoy llegaría Zayn, quedamos en que iría esperarlo al aeropuerto, estaba ansiosa porque llegara, necesitaba su apoyo, un abrazo de él y que me dijera que todo saldrá bien.

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