Capitulo 2

1 0 0
                                    

Desde que tengo memoria vivo en aquella casa tan visitada por hombres en busca de placer. Se encuentra en la orilla de la ciudad, rodeada por basura que los demás van dejando. Son muy pocas casas en realidad, y todos en ellas llevan mala vida. Desde que tengo 5 años solo cuento con mis tres mejores amigos; Luna, Esteban y Carlos.

Recuerdo cuando tenía 4 años, me encontraba en el sótano de la casa jugando con algunos trapos imaginando que son muñecas mientras que mi madre se vendía por unos cuantos billetes y así sobrevivir el día a día, mi tía Sara se encargaba de cuidarme mientras tanto. Era la mejor tía de todas, casí la consideraba más mi madre que la propia, me dejaba salir a jugar con mis amigos en lo que Beatriz mi madre hacia las compras pues ella nunca me dejaba siquiera asomarme por la ventana.

Recuerdo aquellos ruidos de alguien que baja por las escaleras, es un señor ya pasado de copas que al verme sonrie con descaro y malicia, me toma del brazo jalandome fuerte, muero de miedo y comienzo gritar, llega Sara y lo quita fácilmente pues borracho no puede defenderse. Me abraza y comienza a consolarme, dandome besos en la cabeza y diciendo:
-Todo estará bien cariño, todo estará bien.

Recuerdo aún su dulce voz, siempre tuve el deseo de que ella fuera mi madre. Murió meses después dejandome sola y con un vació en mi corazón.
Desde su muerte mi madre ya no aceptaba hombres en su casa, más que solo uno, Oscar. Llegaba por la tarde, se encerraban en su cuarto y en el anochecer salian de el muy felices agarrados de la mano. Mientras tanto yo aprovechaba y jugaba con mis tres mejores amigos.
Siempre jugabamos que eramos novios, yo era la novia de Esteban y luna era la novia de Carlos. En otras ocasiones que nos cansabamos de jugar a ser novios, prefiririamos jugar a las escondidas. Seguía creciendo y mi vida no cambiaba. Llegaba Oscar con algun regalo para mi o para Beatriz y por lo regular se iba entrada la noche.
-Cariño te compre este vestido para que lo uses este domingo, te llevare a ti y a tu madre a comer- lo dijo de manera tan dulce.
A pesar de que fuera bueno conmigo y deseará el fuera mi padre detestaba que me dijera cariño, así solo lo hacía mi tía.
-¿Cómo se dice Esmeralda? No seas maleducada- me reprende mi madre
-Gracias señor-conteste timidamente

Black InnocenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora