Las aventuras de la chica mágica y el luchador

¡La convención, la convención!

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Al día siguiente fue sábado.

¿Cómo podría describirles la escena? Bueno, en mi mente sonaba Cantina band, porque vaya que quedaba. Mi novia y yo caminábamos de la mano por la zona común de Cintermex, y por todos lados veíamos cosas coloridas y extravagantes. Estábamos en la convención de anime, tal vez yo ya estaba acostumbrado a todo lo que había, pero ella no, era la primera vez que veía en vivo esto, y en verdad eso cambia mucho las cosas. A lado nuestro pasó una pareja, el chico iba de Midoriya Izuku, un personaje del popular anime Boku no hero academia, con su cosplay color verde de líneas negras y una máscara con lo que parecían unas grandes orejas de conejo. De la mano de este vato iba una morra haciendo cosplay de Uraraka Ochako, cuyo traje de látex en color rosa con negro y peluca castaña la hacían lucir idéntica al personaje del mismo anime, por cierto. Había varias maid, así como numerosos Narutos en sus diversas versiones. Será una tarea algo titánica describir todo esto, describirlos a todos, así que si mis lectores son otakus me facilitarán mucho las cosas, y si no, cuando lean un nombre que desconozcan vayan a San Google y busquen, no sean gachos.

Una chica de Sailor moon se tomaba fotos con un par de niñas totalmente emocionadas. A lo lejos vi sobresalir una enorme espada (seguramente hecha con cartón, cinta adhesiva y mucha, pero mucha pintura) y una botarga de hule espuma en forma de tiranosaurio. Eran las doce del mediodía, la conferencia de las actrices de doblaje invitadas daría inicio a la una de la tarde, y la convivencia a las cuatro. Así que tuvimos tiempo de sobra para entregar los boletos en la entrada del Salón A de Cintermex y pasar al gigantesco tianguis que era adentro. Naomi estaba tan emocionada, mirando para todos lados boquiabierta, señalando esto y aquello tal niña pequeña. Hermosa. Sonreí. Fuimos al módulo de tiro con arco, pagué treinta pesos para que ella tuviera la oportunidad de soltar flechas contra una diana. Estaba nerviosa, nunca había usado un arco, pero increíblemente su primer tiro dio justo en el centro. El resto no se alejaron mucho de donde acertó el primero, lo que dejó completamente asombrados a los encargados del módulo, a los que hacían fila, y en parte a mí, digo, algo me decía que lo haría muy bien. La felicité, diciéndole que me dejó impactado. Se sonrojó.

Luego de eso nos fuimos a los puestos de comida. Compré takoyaki, bolitas de pulpo fritas, pues, y ella metió un palillo con una ensartada en mi boca, haciendo yo después lo propio. Desde el punto de vista de cualquiera éramos una bonita pareja de otakus disfrutando de la Animex.

Vimos a una Sakura Kinomoto en su traje de Card captor y nos empezamos a reír por la ironía. Nos tomamos una foto con ella. Ahora no tenía que imaginarme la música de fondo, porque desde un punto a lo lejos se alcanzaba a oír a buen volumen Jump de Van Halen. Por si lo preguntan, no, ni Naomi ni yo íbamos de cosplay, como que de cierta forma queríamos sólo ser otakus normales -si es que esa palabra existe en el diccionario- porque ya no teníamos necesidad de querer ser alguien de la ficción, verdad de Madoka que sí.

Estaba por dar la una. Luego de estar curioseando en los puestos de artistas y dibujantes, Naomi tomando nota mental de todo cuanto veía en los trabajos de estos, y de pasar a saludar a unos amigos míos en la zona de clubes, donde ellos tenían su stand del Club Dragon ball Monterrey, nos dirigimos a la sala de conferencias. Mucha gente del fandom había viajado de diferentes partes de la república hasta nuestra ciudad para conocer a Marlene Pérez y a Natalia Ríos, voces en español latino de Atsuko Kagari y Diana Cavendish. Pues Naomi estaba más que feliz, porque Little witch academia le encantaba.

---Bueno, tal vez en la siguiente convención haga cosplay de Akko ---me dijo cuando ya estábamos sentados en la primera fila frente al escenario.

---Entonces yo de Andrew.

La besé.

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