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"Que raro"

Pensó ella dentro de sus sueños sintiendo su cuerpo flotar en la nada, todo a su alrededor estaba negro y trato de abrir los ojos pero luego se dio cuenta que ya los tenía abiertos, entonces ¿por qué seguía viendo negro?. De la nada varias burbujas pasaban a su lado reproduciendo algo como si fuera alguna televisión pero todo era tan borroso, entrecerró los ojos para agudizar su vista pero de nada sirvió.

"Irene"

Escuchó como la llamaban en su mente, ella pensó por un momento que su plan había dado resultados, había sido devorada y estaba por recordar su vida antes del laberinto pero nada de eso ocurrió, al contrario. Una bestia apareció frente a ella y por alguna razón se veía mucho más grande de lo que recordaba, esta vez corrió hacia ella soltando ese típico sonido suyo que siempre hacia, se dio vuelta para huir topándose con un espejo, su reflejó le devolvía la mirada con un sentimiento que identifico como miedo y confusión, se miro las manos viendo como estas empezaban a volverse transparentes, ahogó un grito de angustia y miedo mirando todo su cuerpo, estaba desapareciendo poco a poco, un dolor se instaló en su muñeca como si hubiera sido atravesada con algo filoso. Para ese entonces su cuerpo ya no era visible y por el contrario sintió que volvía a la vida en alguna otra parte.

Su sueño consistía en su vida en el área pasando los días, llevándose bien con todos los habitantes, haciendo sus tareas con fuerzas y peleando de vez en cuando con Gally o Sartén y parecerá loco pero a pesar de estar atrapada en un laberinto a saber si con una salida para escapar se sintió cómoda en el, porque ahí se encontraba segura, cómoda con todos, no tenía necesidad de salir al laberinto así que estaba y estaría segura siempre, porque ella preferiría quedarse en el área con los demás a estar allá afuera a saber donde, no sabían la situación en la que se encontraba el mundo allá afuera y si los pusieron ahí dentro era por alguna razón importante, tal vez para protegerlos de la amenaza que existiera de la cual todos eran ignorantes. Un grito hizo desaparecer toda la tranquilidad a su alrededor volviéndolo negro. Se levanto desorientada, confundida y alarmada de la cama en la que estaba al escuchar un grito provenir de la chica inconsciente acercándose a ella viendo como se retorcía como queriendo despertar. La agarró de los hombros y la zarandeo para ayudarla a despertar, la chica contraria abrió los ojos inmediatamente.

– Tranquila estas a salvó, solo es una pesadilla –agarró el trapo que estaba en la pequeña mesa al lado de la cama y la pasó por su frente limpiando el sudor en ella

– ¿Dónde estoy? –logró decir a pesar del dolor de garganta que sentía

– En la cabaña de los médicos, tuviste heridas graves provocados por un penitente, tuvimos que limpiarte y curarte –explicó tranquila suavizando la voz

Irene inmediatamente supo que esa cosa de la que hablaba la chica, ese penitente era el nombre de aquella cosa que la había atacado. Trato de levantarse pero el dolor de su espalda le hizo arquearse y soltar un grito agudo volviéndose a recostar boca abajo.

– Lo mejor sera que no te levantes, ¿Recuerdas tu nombre? –pregunto con gentileza esperando una negativa pero se sorprendió al momento que asintió– Eso es bueno, yo aún no lo recuerdo

– ¿Qué esta pasando?

– Veras...

– Irene –respondió quedito

– Veras Irene, ahora mismo te encuentras en el área, uno de los corredores te encontró inconsciente en el laberinto y el médico te atendió

– ¿Quién eres tú? –a pesar de mostrar desconfianza sentía que podía contar con ella cual amiga le contabas hasta el más mínimo secreto

El Secreto Del Área [Newt, Gally] En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora