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Comienza lo bueno!

Jimin nunca fue un amante del agua, pero sentir cómo está, con un temperatura perfecta, tocaba su delicado pelaje claro lo hacía sentir maravillado. En especial al sentir esas manos grandes rodeando su pequeño cuerpecito de gato, sé sentía totalmente seguro y tranquilo.

Sabía que si estaba con Hoseok iba a estar seguro.

Tenía ese presentimiento.

Y al ver a sus hermanos jugando tan felizmente con los otros dos humanos se sentía tranquilo, sentía que todo el miedo se le iba, sentía que ese recuerdo desaparecía de su mente.

-Eres como una bolita de pelos- Dijo Hoseok al ver el pelo de Jimin totalmente desordenado y esponjado por el vapor que el jacuzzi provocaba.

-Miau?- Jimin entendía lo que Hoseok hablaba, pero apenas manejaba la pronunciación de las palabras, pasaba mayormente en su figura animal.

Una ligera risita salió de los labios de Hoseok, ese gato era totalmente tierno.

Acercó a Jimin a sus piernas y lo ubicó encima de estas, haciendo que el pequeño gato se sonrojara y se acomodara un poco contra su pecho. Las piernas de Hoseok eran totalmente fuertes y calientes. Definitivamente le gusta.

Y su pequeño cuerpo se comenzó a sentir cansado, sus ojitos se fueron cerrando y sentía como Hoseok lo tomaba en brazos para envolverlo en una toalla y decía.

-Me lo llevaré a mi cuarto-

Escuchaba los maullidos de queja de sus hermanos ante lo dicho pero antes de cerrar totalmente sus ojos, alcanzó a ver a través de sus largas pestañas como los demás tomaban a cada gato y se lo llevaba a una habitación.

Y termino dormido.

Sus patitas ardían, estaban totalmente lastimadas, a lo lejos podía ver la sombra de su madre alejarse y entre murmullos gatunos dijo.

"Lo siento si te trate mal, lo siento si me porte mal, lo siento si nunca me acerque a ti lo suficiente, por no pasar a lado tuyo los suficiente, por nunca llegarte a conocer, por nunca decirte lo mucho que te apreciaba. Perdón por dejar que ellos te lleven y no haberme dado cuenta de lo que pasaba realmente, perdón por todo, perdón por..."

Unos pequeños maullidos se escucharon, de sus ojos salían lágrimas de tristeza. Se sentía mal consigo mismo, no lo logro evitar y eso lo consumía. Poco a poco se iba rompiendo, su mente le jugaba en contra pero...

Sintió unos brazos tomar su delicada cintura.

Eran suaves y de repente todo se volvió claro.

Una luz muy poco fuerte aparecía en su corazón.

Diciéndole lo mucho que lo amaba y que no debía preocuparse.

Todo va a estar bien.

Sus pestañas dejaban que un poco de luz se colara a sus ojos, sus pupilas se agrandaban, tratando de tomar toda la luz posible, su piel estaba hirviendo y de su frente caía una pequeña gota de sudor.

EHDMS (No contendrá nuevas actualizaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora