ℂ𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣 𝕀𝕀

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𝕭𝖎𝖗𝖙𝖍𝖉𝖆𝖞 𝖆𝖓𝖉 𝖙𝖊𝖆𝖗𝖘

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Al caer la noche, la tormenta estalló sobre la familia Dursley. La espuma de las altas olas chocaba contra las paredes de la cabaña y el feroz viento golpeaba contra los vidrios de las ventanas.

Frente a la puerta de la cabaña se encontraban Hagrid y Enya, la niña nunca imaginó que los muggles vivieran en lugares como este, lo que aumentó aún más sus ganas de conocer al chico.

—Cariño, llama tú— le dijo Hagrid— ¡Oh! No olvides tu venda.

—Sí, sí, si... Cierto— dijo asintiendo mientras sacaba un trozo de tela negro que le servía para ocultar sus ojos, los muggles no son tan abiertos de mente en el tema de apariencias. Amarro la venda por sobre sus ojos y estaba por apretar aún más el nudo sino fuera porque Hagrid se lo impidió.

—Te harás daño si la aprietas muy fuerte— la joven simplemente sonrió ante la preocupación del hombre. Respiró hondo y tocó la puerta.

BUM.

Toda la cabaña se estremeció y Harry se enderezó, mirando fijamente a la puerta. Alguien estaba fuera, llamando. Al no tener respuesta, Enya volvió a llamar.

BUM.

Dudley se despertó bruscamente.

— ¿Dónde está el cañón? —preguntó estúpidamente.

Se oyó un crujido detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las manos.

— ¿Quién está ahí? —gritó—. ¡Le advierto... estoy armado!

Desde el otro lado de la puerta una desconcertada Enya miró a su cuidador.

— ¿Me está amenazando?... ¡¿TE ESTÁ AMENAZANDO?!

—Enya, cariño, tranquila.

Les voy a mostrar mi tranquilidad.

Hubo una pausa. Luego...

¡UN GOLPE VIOLENTO!

La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo. Ese definitivamente no era mi plan...

—Lo siento— murmuró algo apenada, aunque por la tormenta que se cernía afuera nadie logró escuchar su disculpa.

A los ojos de Harry, un hombre gigantesco apareció en el umbral, junto a una niña con los ojos vendados. El rostro del hombre estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera. Mientras que la chica tenía una prominente cabellera negra y destacaba que en una sola de sus manos traía puesto un guante.

El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin esfuerzo, la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un poco. Se volvió para mirarlos.

—Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil... —Se desparramó en el sofá donde Dudley estaba petrificado de miedo. — Levántate, bola de grasa —dijo el desconocido.

Dudley se escapó de allí y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon.

— ¡Hey! No puedes tratarlo así, obviamente el pobre es mitad muggle mitad cerdito— dijo la pelinegra con la mayor inocencia del mundo y con su habitual sonrisa— Lo siento mucho, desde ahora va a considerar tu situación antes de decir palabras groseras— esta vez se dirigió al rubio que no sabía si lo estaba defendiendo o lo insulta de manera amable.

The Runes Of Life & Fire [Golden Trio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora