ℂ𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣 𝕍

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Nota Autora: cierto grado de violencia y sangre, leer con discreción si no es de su agrado ese contenido.

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𝕾𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𝖆𝖓𝖉 𝕽𝖚𝖓𝖓𝖎𝖓𝖌

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Había llegado.

El día en que muchos niños lograrían sueños que otros no pudieron.

Unos estarían asombrados por la magia que nunca pensaron poder hacer.

Otros seguirán tradiciones familiares y así enorgullecer a sus ancestros.

Y a uno, le mostrarían el mundo al que siempre ha pertenecido.

La pelinegra se encontraba sentada en la ventana de la cabaña de Hagrid, este había salido a buscar a los nuevos que comienzan una vida que ella nunca podría tener; perdida en sus pensamientos y balanceando sus pies, mira el inmutable cielo estrellado, buscando la existencia de una nueva luz en medio de la oscuridad.

«¿Me estará mirando desde la profundidad de ese lienzo?»

"Eso espero"

Fue la única y delicada respuesta que se escuchó salir de sus inocentes labios. Desde la distancia, levemente y con dificultad, se podían apreciar los pequeños faroles de los botes.

«Harry debe estar en alguno de esos».

Con una amarga sonrisa, bajó de la ventana y caminó a paso lento hacia su hogar, dónde le esperarían tres bestias sedientas de sangre que saltarían sobre ella buscando amor y caricias por parte de su madre.

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La semana de Enya había pasado tranquila y sin ningún inconveniente, y como le había solicitado el profesor Dumbledore, por las noches se adentraba en el tercer piso para alimentar y mimar a Fluffy. Todo bastante normal hasta ese momento... Bueno, casi todo. El semigigante le había contado a la pelinegra que el viernes pasado había invitado a Harry a tomar el té a su cabaña y además había llevado a uno de los hermanos menores de los gemelos Weasley (unos chicos pelirrojos demasiado revoltosos, pero muy divertidos a su parecer y que varias veces los había visto intentar adentrarse al bosque); no solo se perdió la posibilidad de hablar con el oji-verde, sino, que la oportunidad de conocer a alguien nuevo, aunque fuera escondida detrás de una silla, ya que por muchas ansias de querer hacer amigos la chica sabía que no podía simplemente romper su promesa con el profesor Dumbledore. Por un momento sintió celos de Hagrid al enterarse, pero cuando le comentó que Harry había preguntado por ella, de una manera poco sutil por lo visto, y que por suerte el pequeño Weasley estaba más ocupado intentando quitarse la baba que le había dejado Fang en su túnica que de estar atento a la conversación "secreta" entre ellos; le lleno el pecho de alegría, la cual fue superior a la tristeza de no estar presente.

Ese día era el segundo jueves del mes de septiembre, Enya estaba organizando los materiales de limpieza que utilizaría con Fluffy, esa noche quería hacerle un aseo dental al canino ya que pensaba que su aliento los últimos días no estaba tan decente como para las revisiones que podría hacer el director del colegio.

—Creo que con eso será suficiente— dijo la pelinegra mientras se quitaba el sudor de la frente con la manga de su suéter tejido, ese día en especial estaba haciendo más calor de lo usual, sin mencionar que había puesto el fuego de la caldera para prepararse un té de alhelí, algo bastante común después de cualquier comida de la chica. Para sorpresa de Enya, sus cachorros se encontraban descansando arriba de unos papeles en la esquina de la cabaña, en vez de su cama mullida, supuso que debía hacer demasiado calor hasta para ellos. Por ende, la chica fue a apagar el fuego y desistió de su preciado té por el bien de los pequeños—. Así que esto es ser madre... creo que me gusta.

The Runes Of Life & Fire [Golden Trio]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora