LA MALDAD (4 )

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Hola. Ante todo gracias por vuestra paciencia y gracias por leer. Esta historia está en su recta final. Esta parte que voy a subir, es especialmente corta porque he querido que así sea en esta ocasión.

El final cada vez más cerca.

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Aunque el tío de Marilyn no pudo escuchar aquello que su fallecida esposa le decía, desde ese día la intranquilidad le acompañó durante el resto de sus días. No sabía lo que le pasaba pero sentía que algo no marchaba bien. Pensaba que se estaba volviendo loco porque tenía una inquietante sensación sobre la muerte de su esposa y como se produjo de verdad.

Lejos de allí, la familia de la editora sigue luchando por saber que ha sido de ella, tiene que estar en algún lado, no puede haberse esfumado por arte de magia. En sus condiciones no puede estar deambulando por allí como si tal cosa.

En la Mansión, cuando la visión desaparece, el fantasma de la rubia hace acto de presencia en la estancia para seguir contando a Kayden su historia. Pero cuando va a hacerlo ve aparecer a alguien bajando las escaleras y entra en el cuerpo de la escritora poseyéndola.

-Solo así puedo protegerte. -asegura el fantasma desde el interior del cuerpo de la novelista. -Su diario, hay que buscar su diario. -Ahí está todo. Corre, aléjate de ella.

Kayden poseída por el fantasma de la hermosa rubia se aleja de allí antes de que su editora se acerque a ella. La escritora avanza por la casa y comienza a subir las escaleras que conducen al primer piso. Una vez ha llegado comienza a buscar la habitación que la preadolescente ocupó mientras vivió en aquel lugar seguida por su editora. La novelista no tarda en dar con el paradero de la habitación, posa su mano sobre el pomo de la puerta pero este le quema la mano dejándole una marca roja en el centro.

Decidida a encontrar ese diario, la novelista vuelve a posar su mano en el pomo de la puerta y aunque le quema aguanta el dolor que siente apretando los dientes hasta que logra abrir la puerta y acceder al interior del cuarto.

Es una curiosa casualidad que su editora esté alojándose, precisamente, en la habitación de esa desquiciada joven.

En cuanto observa a su alrededor algo llama su atención. Un nombre de mujer que jamás había escuchado mencionar desde que puso un pie por primera vez en aquel lugar bordado en las almohadas de la cama. Desde el interior del cuerpo de Kayden, la sobrina de George, puede reconocer la estancia. Es de una de las jóvenes señoritas de la casa.

Pese a no ser hermanas gemelas, ni tan siquiera hermanas, eran tan parecidas físicamente que a todo el mundo les costaba distinguirlas, incluso a George que era el progenitor de una de las dos muchachas.

Una de ellas se aprovechaba de esa similitud física en su propio beneficio incluso si eso perjudicaba a aquella que era tan exacta a ella físicamente. Se pelearon en numerosas ocasiones porque la otra muchacha no estaba dispuesta a permitir que su malvada compañera hiciera daño a la gente si no se salía con la suya y sobre todo porque no estaba dispuesta a salir perjudicada por las cosas que la desequilibrada joven hacía.

Aunque una de ellas era un par de años más mayor que la otra, físicamente casi no se notaba y cuando las personas las veían juntas pensaban que eran gemelas.

Desde el interior del cuerpo de la escritora, la rubia comienza a confundirse. Esa era la habitación de esa endemoniada chica, porque esa es la palabra que la definía, parecía el mismo demonio. O al menos eso parecía. Esa maldita chica sigue jugando con ella después de tantos años.

En ese momento una nebulosa comienza a formarse en la habitación. La nebulosa va tomando forma humana hasta que aparece ante ella un fantasma femenino, el de una joven morena de cabello rizado.
La muchacha, con el cabello y la ropa empapados de agua dirige su mirada hacia la escritora con curiosidad. Luego señala con el dedo índice de una de sus manos en dirección de Kayden, en concreto detrás de ella, pero cuando la escritora mira a su espalda no hay nadie.




ESCRIBIENDO NUESTRA HISTORIA{Michael Jackson Y Marilyn Monroe) (COMPLETADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora