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15. Sólo sé que quiero estar contigo.

Allison y Kriss entraron a casa de la segunda.

La pelinegra miraba a la otra chica con tanta culpabilidad que podría ser casi palpable. Se dirigieron a la cocina porque Kriss mencionó que tenía hambre. Allison se sentó en un banco mientras veía a Kriss picar verduras.

—Para —le pidió Kriss.

—¿Parar qué?

—De mirarme así, Allison.

—Pues así veo yo —se excusó. Kriss rodó los ojos.

—Estoy aquí, estoy bien. Ya no te atormentes, mejor ayúdame —sacó una tabla para picar y se la entregó con un cuchillo.

Allison los tomó dudosa y agarró una papa —No creo que deberías darme esto —levantó el cuchillo.

—Ahora sólo estás siendo ridícula —Kriss dejó las cosas y se acercó a la chica y se sentó en otro banco—. Habla conmigo.

—No quiero que te pase algo, y mucho menos que sea yo quien lo cause, Kriss.

—Allison, te quiero —la morocha subió la mirada—. Vamos a solucionar los que sea que esté pasando con ustedes tres, pero ahora yo sólo sé que quiero estar contigo —tomo su barbilla y juntó sus labios con los de la cazadora, se separó a los segundos, y frotó sus manos que estaban sudando en su pantalón—... en una relación—Kriss carraspeaba con cada palabra que soltaba, inhaló y exhaló para darse apoyo— De pareja.

—¿Así que ahora somos pareja?

—Eso espero...

Allison sonrío, provocando que se le marcaran aquellos hermosos hoyuelos.

—Claro que sí.

❤️❤️❤️

Kriss no estaba segura de en qué momento habían dejado de estar sentadas en el sofá y ver la película para empezar a besarse, primero con cariño y después, con el toque de sus lenguas, con desesperación. Aún con las voces de los personajes en el fondo, nada más importaba. Eran tan solo las dos.

A Kriss le sorprendió sentir las manos de Allison tocando su piel bajo la blusa que llevaba. De pronto, toda la ropa comenzó a estorbar, se separaron y Allison tomó entre sus dedos el borde de la blusa de Kriss, quien alzó los brazos para que a la otra le fuera más fácil quitarla. Se besaron de nuevo. Kriss creyó que por fin aquel cliché de "nuestros labios encajaban a la perfección" tenía sentido.

La pelinaranja acomodó sus muslos a los costados de Allison, quien les dio un apretón antes de subir las manos a su cintura.

Kriss quitó la blusa de Allison de su torso. El calor en su vientre era cada vez más insoportable, Kriss estaba enloquecida con la suavidad en la piel de Allison, de la que nunca tenía suficiente, y al parecer a la otra chica le pasaba igual, justo cuando las manos de Allison se dirigieron dentro del sostén de Kriss unas llaves sonaron contra la puerta de la casa.

—¿Allison, Kriss están aquí? —una voz masculina y pasos acercándose a la sala.

—Sí papá, sí —ambas tomaron rápidamente sus blusas y las pusieron de vuelta en sus torsos.

Girls like girls [ Allison Argent ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora