18. Como a una de tus chicas francesas
Cuando por fin pudieron abrir la puerta, ambos Argent y Kriss entraron apresurados a la recámara de la pelinegra. Se encontraron a Isaac tirado en el suelo, se acercaron rápidamente y comenzaron a revisalo. Se encontraba en mal estado.
—Está congelándose. Está helado —les dijo Allison.
—Isaac mírame —interrumpió Chris, tomando la cabeza del chico en sus manos.
—¿Qué le sucede? —les preguntó Kriss con preocupación, cuando nadie le contestó se limitó a rotar su mirada de Isaac al señor Argent.
—Isaac, vamos —le pedía este—. Isaac, escucha. Tienes que transformarte. Mírame —el chico seguía temblando e ido, por lo que Chris azotó su mano contra la mejilla del rubio—. Debes provocarlo, vamos. ¡Transfórmate!
Y tras otros golpes, los ojos de Isaac se iluminaron de amarillo, haciéndolo volver en sí.
—¿Los vieron? —les cuestionó asustado y con lágrimas en los ojos.
—¿A quiénes? —le preguntó Kriss con voz suave.
—Eran cinco —respondió él—. Iban vestidos de negro. No pude verles la cara, estaban cubiertos.
—¿A qué te refieres? ¿Máscaras? —inquirió Allison.
—Le vi los ojos a uno. Eran amarillos verdosos. Como... como una luciérnaga —Kriss se sintió mal al verlo tan asustado, por lo que colocó una de sus manos en su hombro para hacerle notar que ya estaban ahí.
—El sistema de seguridad no se disparó —les dijo el Argent, mirando por la ventana.
—¿Cómo entraron? —le preguntó Allison al chico. Él negó.
—No entraron. Fue como si salieran de las sombras.
Ambas chicas miraron como Chris quien se puso rígido como si le hubiese encontrado sentido a las palabras de Isaac y este no le haya gustado.
—¿Sabes qué significa? ¿Papá?
—No estoy seguro —habló y se volvió a acercar—. Escuchen, ustedes tres. No cuenten nada de lo que pasó durante algunas horas.
—¿A nadie? —le preguntó Kriss, un tanto confundida.
—Sólo por veinticuatro horas —le contestó el hombre.
—Pudieron haberlo matado, papá.
—Pero no lo hicieron, y hay una razón del por qué —hizo una pausa—. Es posible que me buscaran a mí.
❤️❤️❤️
—Gracias por traerme a casa —le dijo Kriss, dedicándole una sonrisa.
—De nada —le respondió Allison de la misma manera—. No podía dejarte venir sola después de lo qué pasó —se encogió de hombros.
—Oh —Kriss quiso aligerar el ambiente, por lo que puso un puchero—, pensé que querías estar más tiempo conmigo.
—No me dejaste terminar —le dijo Allison, entonces tomó la mano de Kriss y comenzó a jugar con ella—. Además de que me encanta pasar tiempo contigo.
Kriss rodó los ojos —Sólo copiaste mis palabras, tontita.
—Pero es verdad —Allison le sonrió y Kriss no pudo evitar devolverle el gesto.
Entonces, la pelinaranja acercó la mano de su compañera hasta su boca y dejó un pequeño beso en sus nudillos. Allison tomó su rostro entre sus manos y unió los labios de ambas.
Aquellas mariposas se hicieron presentes, por más que se repetía que aquello estaba pasando, Kriss no podía creerlo.
No tenía mucho de conocer a Allison pero, con tan sólo aquel tiempo, era incapaz de imaginarse su vida sin ella.
❤️❤️❤️
—¿Yo? ¿Fiesta? —Kriss negó—. No lo creo.
Allison le había contado que habían organizado una fiesta por Halloween, pero la pelinaranja no estaba muy emocionada por asistir.
—Ahí tendremos oportunidad de contarle a Scott lo qué pasó —insistió Allison—. Además, será divertido, nuestra primera fiesta juntas.
Kriss rodó los ojos.
Y en algún momento, tras tanta insistencia, la pelinaranja terminó cediendo. Cuando Allison recorrió la puerta del loft quedó impresionada. Había montones de adolescentes bailando, todos resaltaban en la oscuridad gracias a la luz negra que hacia notar la pintura y pelucas fluorescentes que llevaban.
Kriss se dirigió rápidamente al lugar donde estaban pintando, con Allison siguiéndola de cerca. Aquello le hacía mucha ilusión. Desabotonó su camisa y la aventó a la pelinegra, dejando a la vista el top neón que llevaba en conjunto con Allison, quien hizo lo mismo.
—Pensé que no querías venir —Se burló la pelinegra.
—Acércate —se limitó a contestar, Allison lo hizo. Kriss tomó un pincel con pintura y comenzó a pintar la piel Allison—. Soy muy buena —decía de vez en cuando al alejarse para admirar su trabajo.
Cuando terminó, le entregó a Allison el pincel con una sonrisa —Tu turno. Píntame como a una de tus chicas francesas.
La pelinegra soltó una carcajada y se dedicó a pintarla por los siguientes minutos, y cuando terminó, ambas muy felices por sus resultados, se abrieron paso para comenzar a bailar.
Estaba de más decir que Kriss no era nada buena, así que Allison se limitaba a bailar y mirar con una sonrisa los letales movimientos de la pelinaranja.
Y así pasaron varios minutos, en los que ambas se olvidaron de lo sobrenatural y todos los problemas que les rodeaba. Pero no duró mucho, porque la música del DJ se detuvo abruptamente un hombre aventó la mesa en donde se encontraba su equipo.
Kriss alcanzó a reconocerlo como Derek, el hombre lobo que tan sólo había visto en una ocasión si mal no recordaba.
—¡Fuera de aquí! —les gritó con cólera.
Poco a poco el loft fue quedando vacío, pero Kriss y Allison no salieron. Vieron como llegaba Isaac con uno de los gemelos, también hombres lobo, así como Scott y Kira, Lydia y el gemelo restante.
—¿Chicos? ¿Por qué me están mirando todos a mí? —dijo este último, entonces Kriss se percató de como varias figuras cubiertas de pies a cabeza con tela negra y máscaras plateadas, lo rodeaban poco a poco.
Antes de que se acercaran más Derek y Scott se abalanzaron sobre estas, pero eran más fuertes y no tardaron en dejar en el suelo a ambos hombres lobo.
Dos de ellos tomaron al gemelo de los brazos mientras otro sostenía su cara y le marcaba algo detrás de la oreja, dejándolo inconsistente en el acto.
Kriss logró ver que aquellas cosas se acercaban a Kira, lo que puso alerta a Scott, que se levantó rápidamente del suelo y se acomodó dispuesto a atacarlos.
Pero el sol comenzó a salir, y aquellas figuras se desvanecieron cuando los rayos de luz los tocaron.
—¿Qué eran esas cosas? —preguntó Scott.
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Girls like girls [ Allison Argent ]
Fanfiction❝ A las chicas les gustan las chicas como les gustan los chicos, nada nuevo ❞