CAPÍTULO 8-BENDICIÓN Y PECADO.

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No pasó mucho tiempo desde aquel suceso y Amadita e Igancio se casaron bajo la bendición del arzobispo y del mismísimo presidente. El joven espía fue liberado bajo amenaza de muerte si volvía a arremeter en contra de Ignacio,causando miedo incluso a Fernando.

Todo estaba bajo control. Ignacio aparte de ser el terrateniente más poderoso y rico del país, se congratuló como miembro de la familia más importante de México. Si fue un buen empresario no lo fue del todo en el matrimonio,pues poco después de la grandiosa boda los problemas comenzaron.

En una mansión enorme de dos pisos y una fachada llena de adornos amén de la riqueza, Amada e Ignacio pasaron sus primeros meses de matrimonio.Muchos ubicaban su hogar frente al "Caballo" o "El Caballito", el monumento de un hombre montado a caballo frente a la puerta principal de la mansión.

Sin una servidumbre aún por el recién casamiento y por la falta de confianza de Ignacio respecto a lo ocurrido tiempo atrás,Amada tomó la decisión repentina de contratar a una pequeña servidumbre para atender las necesidades del hogar. Sin saberlo,tentó a su marido al emplear únicamente varones con miedo a que éste le fuera infiel con una mujer.

Cinco chicos fueron los necesarios,algunos traídos desde la hacienda Borromeo con miedo y separados de sus familiares.Por las tardes mientras Amada leía libros como de costumbre,Ignacio miraba desde su oficina a los jóvenes fornidos y de buen parecer.

No pasó mucho tiempo cuando él se " enredó " con un muchacho de la casa.En las ocasiones en la que Amada iba a visitar a sus familiares en otro país, el patrón aprovechaba el lugar para derrochar amor con aquel joven de ojos grisáceos,moreno y de buen porte; aunque para ser sinceros era el más consentido del hogar y amigo cercano de Amada, un confidente de su relación con Ignacio o "Nachito", como ella le llamaba.

El que estuviera Amada o no, no era  problema, pues todos sabían fingir que no veían nada con un poco más de dinero en sus bolsillos y para ese tiempo a los homosexuales se les daba muy bien el actuar, pues no tenían opción,ya que ser gay en ese entonces era un delito.

Es así que una relación secreta homosexual comenzó frente a los demás, menos para la señora de Torre, Amada Díaz.

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