El Baile de los 41 maricones
"Aquí están los maricones,bien chulos y bien coquetones."Unos canallas,repugnantes y depravados maricones planearon con anticipación una inusitada y osada reunión que sorprendió y asqueo a la opinión pública.
Estas palabras fueron la portaba del periódico un día 11 de Noviembre de 1901.Desde ese entonces la vida de la mayoría de los jóvenes homosexuales ocultos fue revelada y avergonzada. Ignacio padeció por un tiempo la pérdida de su amor por no verlo regresar a su hogar y cayó en depresión. Aunque la gente ya sabía que él igual estaba en aquel baile, Ignacio debía de seguir fingiendo por su suegro y su esposa. Todos sabían que la dichosa fiesta llamada el "Baile de los 41" en realidad debió llamarse el "Baile de los 42" por borrar el nombre de Ignacio en la lista de los prisioneros. Cierto al caso,desde entonces decirle a alguien que es un "41" era una burla y un sinónimo de homosexual. Incluso los varones que iban a cumplir 41 les daba vergüenza decir su edad por miedo a ser burlados por el reciente suceso.
Esta gran polémica en parte trajo cosas positivas. Por ejemplo: los jóvenes ya no tenían que ocultarse ante la sociedad (aunque algunos decidieron irse de la capital para hacer una nueva vida), ya no tenían que reunirse en lugares ciegos de la ciudad para pasar un buen rato y ahora podían verse y andar en la calle o en bares sin importar lo que los demás dijeran. Fue la primera vez que a pesar de recibir insultos y burlas en la calle,ya no se sentían solos por el hecho de saber que no eran uno sino varios con la misma orientación.
Fue así como las reuniones en los baños públicos de la ciudad de México empezaron,por que algunos aún se ocultaban por vergüenza y otros lo hacían por curiosidad y diversión. Fue una lástima que Ignacio ya no disfrutara de eso pues paradójicamente era lo que él siempre había querido.
Ignacio regresó a su hogar con un poco de maquillaje en la cara,y con un traje que algún varón le había prestado,entró a la sala principal y comenzó a llorar. Amada sentada en un sofá de la sala y viéndolo a los ojos, le dijo:
-Aun recuerdo el primer día que te conocí Ignacio. Por un momento yo pensaba que el tiempo se encargaría de componerte...que tonta fui. Debí haber escuchado a mi padre y haberme casado con Fernando. Él ahora tiene esposa e hijos ¡Y tú ni siquiera me has hecho mujer! ¡ Me arruinaste la vida por tu estúpida ambición,porque eso es lo que veo en ti ahora!- Gritó desesperadamente mientras lloraba.
-No sabía lo que hacía...perdóname, por favor- Dijo Ignacio llorando.
-¡Cállate!Ya no quiero saber más de ti.No te maldeciré porque Dios mismo se encargará de que pagues cada uno de tus pecados. Me iré de aquí y sólo regresaré cuando sea necesario. Y no,aunque me culpes toda la vida, no fui yo quien llamó a la policía para delatarte, si eso es lo que piensas. Ya no puedo más, me rindo. ¿Pero sabes una cosa? Gracias a ti me he vuelto más fuerte y he aprendido a ser feliz por mi misma y a tomar decisiones. Espero que tu madures pronto o eso te costará la vida...
-¡¿Cómo tu le quitaste la vida a Mariano?!- Gritó Ignacio.
Amada se levantó del sillón y abofeteó a su marido.
-¡Si tu amante está vivo o muerto ese no es mi problema!-Exclamó Amada-Pero ten en cuenta que es una de las muchas cosas que estás pagando por lo que me has hecho.-Tomó las maletas que se encontraban en la sala y sin voltear a ver a Ignacio salió de la mansión.Las puertas se abrieron y el "Gran Caballo" fue lo último que vio Amada antes de irse. Ignacio permaneció acostado en el suelo, rendido.
(Carmelita,esposa del señor Díaz)
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El yerno
Historical FictionPorfirio Díaz amaba a su hija, pero no tanto a su yerno, pues ambos sabían el gran secreto ¿Podrá Ignacio mantener la discreción?