Los dos me dicen "Nachito" de cariño,aunque viniendo de Mariano es un poco más extraño pues mi esposa fue la que me bautizó con ese nombre. No tengo miedo fingir y como dije antes, el dinero lo soluciona todo;mi temor es hacia mi sirviente pues no creo que su belleza le sea suficiente para salir de la cárcel en caso de que fuera descubierto.
Cuando Amada contrató a la servidumbre no pasó mucho tiempo cuando me fijé en él. ¿Quién podría resistirse ante tal hombre de ojos grises y piel morena?.Amada salió de viaje y la casa fue nuestra,una perfecta ocasión en la que ya no necesitaba salir de mi mansión para visitar los lugares de pasiones y mala muerte. Ahora nadie podrá descubrir mi secreto porque el delito está en mi propia casa,y se llama Mariano.
En las noches él venía a mi recámara a dormir,la ama de llaves nos atendía a la perfección y los sirvientes aunque impresionados por mi gusto, no hablaban por el dinero.
No tardó en llegar una carta de la hacienda en Morelos por algunos problemas con el caballerango que contraté hace un año.Mariano que trabajaba allí, me contó que el caballerango vendía algunos caballos "bajo el agua" sin que yo lo supiera. Al enterarme de esto tomé mi coche y me fui con Mariano a la hacienda,con el pretexto de necesitar un seguridad e informante de confianza que conociera bien la hacienda. En el transcurso del camino recordamos cómo fue que me conoció. A lo que me contestó: "cuando mató al otro caballerango, hace un año".
Me contó que ya me había observado desde antes, cuando llegaba a la hacienda, y que lejos de tener terror por haber matado a aquel hombre,lo convenció más con respecto a sus 'preferencias' pues yo me convertí en el hombre con el que soñaba.
"Desde ese momento me llamó la atención uste' Nacho, pero nunca me imaginé que esta fantasía fuera posible".
También me platicó que en la hacienda hay más hombres con el mismo gusto hacia varones,pero lo mantienen oculto y sólo cuando platican entre hombres en el establo sale a relucir con discreción. Cuando llegan a algo o quieren algo más, recurren a las cantinas con el pretexto de tomar para que sus mujeres no sospechen, porque también el no tener mujer a una edad mayor da mucho que decir.
Mariano tenía 19 años,así que era pasable y sin sospechas el que aún no tuviera mujer."Va a ver que cuando lleguemos,los maricones me verán primero a mí y luego a usté' porque saben que soñaba con uste', así sabrá quienes son".Dijo Mariano mientras abrían las puertas de la hacienda para dejar al carro pasar,bajo la oscura noche.
Lo que Mariano le había contado a Ignacio distaba mucho de la ciudad,donde los homosexuales eran muy selectivos; esto es: varones que se conocían de manera especial y que tenían contacto en secreto. La mayoría se encontraban en bares y con algunas gesticulaciones,movimientos corporales o incluso con las manos sabían comunicar su orientación sexual. En la capital se reunían en pequeños grupitos y se iban a lugares "ciegos" de la ciudad o a la casa de un particular para compartir una noche de amor y sexo. Eso le dio a Ignacio mucho que pensar,pues reflexionó sobre su posición tan privilegiada y se dio cuenta de que su situación no era la peor frente a los campesinos,quienes tenían que recurrir a procedimientos más rústicos y meticulosos para no perder su virilidad.
Al entrar a la hacienda Borromeo,dos veladores veían a Mariano con una sonrisa picarona,como diciéndole: "Lo lograste cabrón".
-¿Ve? Se lo dije patrón- susurró el joven a lo que Ignacio sólo asintió con una mirada seria y tajante, el chico supo que debían entrar a su papel.
¿Matará a este caballerango igual?-dijo Mariano.
-No,hoy estoy de buenas- aseguró con una pequeña risa. Cuando Mier llegó con el caballerango,le propuso que le devolviera lo que se había robado poco a poco o por el contrario,él seria echado del lugar y sus hijos de apenas 12 y 13 años trabajarían el doble hasta pagar su deuda.Que cobarde fue el padre al negar el trato,pues sus hijos terminarían pagando los platos rotos. Sin embargo el patrón no fue tan cruel,pues gracias al convencimiento de su joven amante,le perdonó la deuda a los niños.
¿Y ahora cómo conseguiré un buen caballerango?- dijo Ignacio a Mariano.
- Yo le conseguiré al mejor caballerango de México patrón, pero a cambio,vayamos "descansar" en el cuarto pues estoy un poco cansado- susurró el joven con un pequeño guiño. Y así, los dos pasaron una noche juntos en la hacienda, mirando la luna menguante divirtiéndose hasta ver el amanecer.
ESTÁS LEYENDO
El yerno
Historical FictionPorfirio Díaz amaba a su hija, pero no tanto a su yerno, pues ambos sabían el gran secreto ¿Podrá Ignacio mantener la discreción?