Min Yoongi era un chico callado, el típico rarito de la clase, según sus compañeros, a excepción de uno. Yoongi era callado, frío y realista, así se mostraba ante todos a excepción de una persona.
Kim Namjoon el alumno estrella de la clase, un chico...
No hay una respuesta correcta, solo hacemos lo que queremos, y yo últimamente te estoy queriendo mucho.
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El frío calaba mis pies ante el duro y frío cemento de la parada de autobús, el clima era algo macabro en todo el sentido de la palabra, un día podía estar totalmente soleado y al otro podría estar lloviendo y haciendo un frío enloquecedor, justo como hoy. Eran las 7:37am, y esperaba tranquilo la llegaba del autobús, como Hoseokie había pedido, más bien rogado que llegará temprano ya que según él tenía algo importante que contarme, aunque no podía dar del todo verídico su mensaje de texto ya que las cosas que para él resultaban importantes, para mí no eran más que cosas innecesarias y estúpidas.
Al divisar el autobús me levante como un resorte, lamentándolo al instante ya que el frío caló en mi trasero que se encontraba calentito encima de la banca. Me subí al transporte, sorprendiéndome al instante al divisar que la multitud de estudiantes no dirigían su vista hacía mí como habitualmente lo hacían.
Divisé a Hoseok en los últimos asientos, enfundado en mil capas de ropa, pues este solía enfermarse a la menor provocación, en el transcurso hasta el asiento en donde se encontraba el menor escuché el nombre de Seokjin y el de Namjoon salir a flote en los susurros de la gentuza. Al sentarme al lado de mi amigo este me jalo con fuerza quedando mi cabeza en su regazo.
— ¿Cómo te fue ayer, Yoongo? ¿Qué se sintió convivir con el hombre más codiciado del instituto? — sus cejas se movían sugerentes.
Vamos por que todos piensan que Namjoon es una especie de semidiós, al cual uno debe sentirse afortunado por compartir el mismo aire que él.
— Fue normal, es decir fue casual, nada raro — la imagen de yo siendo abrazado por Namjoon me golpeó fuertemente.
— Meh, pensé que por fin ibas a ligar con él — me levanté de su regazo con el ceño fruncido.
— ¿Qué coño? Porque todos ven a Namjoon como un fácil, o mejor dicho ¿Por qué piensas que ligaría con él?, tiene novio además él ni siquiera me gusta — me cruce de brazos, indignado.
Como podía pensar de eso de Namjoon o de mí. Además, nunca había mostrado un incidió de que me atraía el moreno.
— ¿Novio? Eso ya es historia — Hoseok me dio una mirada lasciva y ahí comprendí, aquello era lo tan importante que me tenía que decir, eso que no podía esperar — Yoongo, Namjoon es irresistible, aunque tú seas un asexual no quiere decir que no te atraiga un poco — miró hacia la ventana, y no pude sentirme más enojado ¿Asexual? ¿Qué mierda?
— No gritar a los cuatro vientos; quiero follar, o mira ese trasero lo quiero para mí, me gustan tanto los hombres, no me hace asexual — suspiré — Además nadie es lo suficientemente interesante para mí — me volví a cruzar de brazos.
— Seokjin y Namjoon terminaron — soltó de repente, justo al instante en el cual habría mi termo con té caliente, que tenía en mi mochila.
— Mierda y más mierda ¿Cómo que terminaron? — grité, gruñí y maldecí al ver que me había quemado la mano y manchado mi uniforme con té.
