Capítulo 6: "Un suceso repentino"

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Un par de pelinegros caminaban uno muy cerca del otro con sus mochilas al hombro en medio de un espeso bosque.

¿Estás segura que está montaña es visitada por muchos turistas en está época del año?, decía Gokú.

Si, así decía la revista que leí, respondió Milk.

Pues yo no veo a nadie más que nosotros dos andando por aquí, ¿o será que nos bajamos antes del camión?, dijo preocupado Gokú.

No lo creo, el chofer nos dijo que si buscábamos la montaña este era el camino, respondió Milk.

¿Entonces porque nadie más bajo?; no se supone que también venían hacia este lugar, dijo Gokú preocupado.

La montaña es muy grande, tal vez su destino era subir por otro lado a la montaña, respondió la pelinegra al tiempo que un frío viento empezó a correr seguido de pequeños copos de nieve que empezaron a cubrir los árboles.

¡Esta nevando¡ dijo Milk.

Si, es cierto, respondió Gokú.

Entonces no estamos alejados, la montaña ya debe estar cerca, dijo Milk con una amplia sonrisa mientras se tallaba sus brazos con sus manos al tiempo que su apuesto amigo sacaba de su mochila un par de abrigos.

Póntelo, es de mamá, lo tome sin que lo notara por si lo llegaras a necesitar, dijo Gokú sonriendo.

¡Gracias¡ respondió Milk recibiendo el mismo.

Una vez que el par de pelinegros se colocaron los abrigos continuaron su camino a pesar de que cada vez parecía que la nieve empezaba a caer con mayor fuerza.

Milk, tal vez no debamos seguir, dijo Gokú al ver que su amiga había detenido su andar y se estaba tornando pálida por el frío.

No, no quiero parar, tengo que llegar a la montaña, respondió Milk mientras pensaba: Tengo que llegar a ella solo así podré hacer que mi sueño de amor sea posible.

Milk, al menos descansemos un poco, te noto agotada, dijo Gokú.

¿Descansar?, ¿dónde?, si nos detenemos, nos congelaremos por el frío, lo mejor es seguir caminando, respondió Milk.

No creo que ello sea lo mejor Milk, puede darte hipotermia, la temperatura cada vez baja más, mira los árboles, el pasto, ahora de ellos no hay nada, todo está cubierto de nieve, dijo Gokú.

¿Entonces qué propones?, ¿volver?, dijo Milk con nostalgia.

Si, tal vez sea mejor regresar a casa, tal vez no fue buen día para venir, respondió Gokú.
Pero ¿cómo hallaremos el camino de regreso?, yo no lo reconozco, respondió la pelinegra con nostalgia mirando el lugar.

Yo tampoco la nieve cambió toda la apariencia de este lugar solo se que si seguimos aquí terminaremos como los árboles congelados, por ello lo mejor es buscar algún lugar para protegernos mientras pase esta tormenta de nieve, decía Gokú mientras sacaba una manta y gorra de lana de su mochila.

Si tienes razón, dijo Milk al tiempo que sintió algo en su cabeza y hombros.

Es para que te abrigues más, respondió Gokú con una cálida sonrisa que hacía que la pelinegra se enamore aún más de él.


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