Un par de agotados pelinegros detenían su andar en medio del bosque tras más de una hora de caminata.
Ya no puedo más, me duele mucho mis piernas además el frío me cala cada uno de mis huesos, decía Milk mientras se tomaba las rodillas al tiempo que el viento resoplaba a su alrededor.
Es increíble parece que estuviéramos en el polo norte, dijo Gokú.
Si es cierto, no pensé que sería tan difícil llegar a la montaña, respondió la pelinegra mientras se incorporaba.
Pues ya vez que si lo es, el problema ahora es que ya no queremos ir a ella pero tal parece que en vez de salir de este lugar más nos adentramos en el, dijo Gokú.
Y todo por mi culpa, respondió Milk.
No, no digas eso, tú no tienes la culpa, yo también quise venir a esquiar a esa montaña, tal vez la tormenta pase en unas horas, si en un lugar turístico no creo que siempre haya está clase de tormentas, dijo Gokú mirando a todos lados.
Si, ojala y pase pronto, al menos para encontrar el camino de regreso a casa, respondió con nostalgia Milk mientras pensaba: Mi sueño de amor nunca podrá concretarse, nunca.
¿Qué es eso?, dijo Gokú haciendo que su bella amiga lo mirara.
¿Qué?, pregunto Milk.
Esas luces, que brillan, dijo Gokú.
Es cierto, son luces, respondió Milk.
Creo que es una casa, vamos a ella, tal vez puedan darnos posada hasta que pase la tormenta, dijo Gokú estirando su mano para que su amiga lo tome.
Si vamos, respondió la pelinegra mirando extrañada la mano de su amigo.
Toma mi mano para ayudarte a caminar, se que estás cansada, dijo Gokú.
Está bien, gracias, respondió Milk tratando de mostrarse calmada mientras tomaba la mano de su amigo.
El par de pelinegros caminaron de la mano hacia la casita, luego de algunos minutos de camino ambos llegaron a ella.
Es hermosa, dijo Milk mientras miraba la hermosa cabaña que a la salida de la misma tenía un hermoso pino navideño y muñecos de nieve pero lo que más llamo su atención era la cantidad de gigantescos porta retratos que estaban incrustados en la nieve.
Parece vacía, dijo Gokú mientras miraba por las ventanas de la cabaña.
Mira Gokú, dijo Milk señalando los portaretratos.
Que curioso detalle, respondió Gokú.
Es extraño, dijo Milk.
¿Qué?, respondió Gokú.
Aquí hay nieve pero no se siente frío y tampoco hay tormenta, dijo Milk.
Si es cierto, dijo Gokú levantando su mirada y quedando sorprendido al ver que tras la casita se encontraba una gigantesca montaña cubierta de hielo.
¿Qué sucede?, dijo Milk girando a ver a su amigo luego de que ella había estado mirando con curiosidad los portaretratos.
La encontramos, dijo Gokú.
¿A quién?, pregunto Milk.
A la montaña, respondió Gokú haciendo que en el rostro de su amiga se plasme una bella sonrisa.
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BLANCA NAVIDAD
RomanceMilk vive enamorada de su amigo en secreto, ella leerá en una revista que existe una montaña milagrosa capaz de hacer que el ser amado note tú amor y decide ir a ella junto a su amigo que amaba en secreto, ¿qué secretos guarda esa montaña?, descúbre...