Siempre Contigo [KawoShin]

Lo que somos

Por: Ikari_moonwalker

Etapa: Preadolescencia.

Descripción: Después de dos pérdidas seguidas y muy importantes en la vida de Shinji Ikari, este se plantea cómo continuar, hasta que el futuro le vuelve a sonreir en forma de un primer y cálido amor.

Los personajes pertenecen a la versión Q (Rebuild 3.0).

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¿Qué pasa si se va la vida y sólo se convierte en un recuerdo?

No había tiempo para responder a esa pregunta, al menos no en un momento así.

—¡No corras tan rápido, Shinji! ¡Detente!

—¡Lo haré cuando me atrapes...! —respondió volteando a ver a su amigo para después tropezar a causa de una roca que no vio.

Kaworu al ver a su amigo corrió para ayudarlo y rápidamente lo levanto en sus brazos. Shinji aun con 9 años seguía siendo bastante delgado y liviano. Al parecer, Shinji se había lastimado la rodilla dejándolo con raspones. Eso le impedía caminar por lo que Kaworu lo llevo a su casa para que su madre lo curara lo antes posible.

Al llegar a la casa del menor no había nadie. Probablemente su madre había salido a comprar algo.

El albino acomodó a Shinji en el sofá y se dirigió al baño donde había un botiquín de primeros auxilios. Evidentemente, al ser amigos desde muy pequeños y pasar mucho tiempo juntos Kaworu conocía prácticamente toda la casa de su mejor amigo.

—¿Qué haces? —preguntó Shinji al ver que Kaworu regresaba con el botiquín entre sus manos.

—¿Tú que crees? No puedo dejarte así... —respondió sacando algunas cosas para curarlo.

Shinji al ver las acciones del mayor se sonrojó un poco. Desde siempre Kaworu fue tan atento y amable con él. Jamás lo dejaba solo y esta no sería la primera vez.

El silencio del entorno era relajante... Al ser Shinji el único hijo de la familia Ikari, no había más niños que él y cuando Kaworu iba de visita todo transcurría en perfecta armonía. Sin duda el momento estaba tornándose muy ameno y agradable a pesar del pequeño accidente de Shinji.

Bueno, eso hasta que el sonido de la puerta al ser azotada exaltó a ambos pequeños.

—No te muevas —dijo Kaworu y se dirigió al pasillo que llevaba a la puerta para encontrarse con el padre de Shinji, Gendo. Él simplemente lo miro sin decir nada. Desde que lo conoció le había sembrado temor, además su actitud no le agradaba nada. Shinji a pesar de ser su hijo pasaba por algo similar, y al pasar más tiempo ahí sentía un profundo miedo de él. Además de que creía que no le tenía mucho cariño pues rara vez hacía algo para demostrar lo contrario.

—Kaworu ¿Estás bien? —inquirió Shinji con voz de preocupación.

—Sí, es tu padre —le respondió—.Shinji tropezó mientras jugábamos, señor. Estoy tratando de ayudarlo —explicó al mayor, quién se dirigió a ver al niño.

—De acuerdo, Shinji estará bien. Ahora necesito que me dejes a solas con mi hijo.

Kaworu asintió con la cabeza y se acercó a su amigo para despedirse.

—Te veré luego, te quiero... —susurró en su oído abrazándolo.

—Yo también te quiero —Shinji correspondió a su amigo—. Ve con cuidado...

Kaworu salió del lugar, cerrando la puerta a su paso y dejando a padre e hijo solos.

Shinji veía con temor a su padre quien lo miraba sin decir nada, poniéndolo más nervioso todavía.