Tal vez.

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Voltea. Y lo ve.

Trae puesta su capa negra. No le queda tan grande como a ella, pero parece una criatura de la noche con la luz de la luna al desaparecer y el viento a su favor. La capucha le tapa los ojos pero su sonrisa... Oh, su sonrisa, no se preocupa por esconderla.

- Viniste — dijo el.

- Claro que vine, no deje mi capa por nada —respondió ella.

- Debes saber que no saldrás viva de esta. —Ella solo soltó una carcajada, ni de lejos moriría esa noche y yo lo sabía.

—Deberías empezar a preocuparte por ti mismo.

-¿Porque? No te di razones prometedoras para venir.

- Un poco de diversión no hace mal. La vida en la ciudad es aburrida, terriblemente aburrida y este es mi juego favorito.

-¿Ángela, cierto?— pregunto el acercándose.

-Si, y tu eres Jeff, ¿por Jefferson, Jeffrey? —dijo ella, estaba nerviosa, una sensación de miedo invadió su estómago.

-Por "que te interesa", no estoy aquí para conocerte, eres astuta pero no tanto, no debiste haber venido.

-Vine por mi capa, vine por la duda de quien eres y porque estas aquí, he visitado este lugar a lo largo de dos años y nunca te había visto, eres forastero, se te nota a leguas, si no la gente ya hablaría de "un monstruo con la cara destrozada y un cuchillo como arma"—dijo esto ultimo haciendo paréntesis con sus dedos. Jeff estaba perdiendo la paciencia. Yo solo conocía a Ángela, pero Jeff era otro mundo completamente diferente, no podía leer su expresión. Tal vez hoy lo siga a el y no a ella.

-La gente no habla porque los únicos que vienen son los idiotas, aquí hay osos, linces y lobos, yo no me acercaría si fuese tu.—La sonrisa de Ángela se ensancho.

-¿Y porque viniste tu?—dijo ella.

-¿Sabes que? A jugar.—Se quito la capa y tomo su cuchillo— Elige una arma. —Ángela se quito su cinturón y se saco la navaja de su boca, la dejo sobre la piedra, y abrió sus manos, mostrándolas libres.—¿Lista?— preguntó el feliz, realmente se la estaba poniendo fácil.

-Lista Jeff, lista— se inclino y saco dos cuchillos pequeños y de forma extraña para el.—Que empiece el juego.

Y lanzo un cuchillo, le dio en el brazo, y corrió hacia él.

Jeff se arrancó el cuchillo y la espero, empezaron a pelear como si de espadas se tratara, lanzo el otro cuchillo y él lo esquivo, tomo este que se clavo en un árbol y se lo lanzo a ella, fue un mal lanzamiento, no estaba acostumbrado a esa forma de cuchillos.

Ángela estaba desarmada aparentemente, se volvió a inclinar y saco dos cuchillos mas.

Era una caja de sorpresas.

Tal vez le convenía conservarla.

Un asesino aprende de otro.

Tal vez no la matara esa noche...

Tal vez.

Jeff The Killer, tal para cuál.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora