Jeff The Killer, tal para cuál.

La Calma detrás de la Tormenta.

Y estaban sentados lado a lado,  Ángela llorando en silencio y Jeff formando a Liraz en su mente.

Ella aun no se había ido, eran las 7:00 am. Se había sentado a su lado sin titubear y le había contado de su madre.

Era una gran entrega de confianza.

Jeff extendió su brazo por los hombros de ella, y ella lloro en su pecho como debía de ser, incluso llorando era hermosa, pero nunca la quería volver a ver así.

- Te contare algo— dijo el acariciando su cabeza— Cuando te conocí pensé que serias una presa fácil, muy fácil, que estabas asustada, entonces sacaste tu sable y pensé: ”Estoy jodido" Trate de enfrentarte y cuando te tuve lista para matarte, vi tus ojos, y encontré ese aro dorado alrededor de tus pupilas. No pude, simplemente no pude. Te deje ir pensando que nunca volverías, eras como se describían en esos libros religiosos a los Ángeles, con una belleza sobrehumana, pero volviste, y descubrí que eras una idiota.— Ángela soltó una risa con lágrimas en los ojos. — Pero esa idiota ha estado haciendo mis días mucho mas entretenidos.— Ángela levanto la mirada, y le sonrió, el le regreso la sonrisa.

— Tu también has vuelto mis días mas entretenidos, Jeff. Y no soy una idiota... Bueno tal vez un poco.—Jeff soltó una carcajada.

En ese momento un ángel de la muerte se hizo visible detrás de ellos, con su vestido de gasa que ondeaba con el viento y el rostro cubierto con un velo, tenia un artefacto raro en una mano para recolectar almas parecido a un faro, y era delgada, tremendamente delgada, tenia los labios rojos sin pintarlos y la piel de porcelana sin importar nada. Y cuernos. Tenia unos hermosos cuernos que sobresalian de su cabeza entre su cabello.

Los observaba, admirandoles, estaba fascinada, lo que en su tierra era conocido como castigo infernal ahora estaba presente ante sus ojos... era amor.

Ella había escuchado rumores sobre eso pero nunca los creyó.

Se quito su velo, dispuesta a enfrentarse a lo que sea con tal de sentir eso.

Yo estaba dispuesta a sentir el amor.

Yo era ese ángel.