Jeff The Killer, tal para cuál.

Peligroso y prohibido.

Ángela siempre ha sido una mujer valiente, sin miedo a lo desconocido, tiene algo que todos los hombres buscan, algo que hace que te sientas bien, que te sientas único, pero también los desprecia, los odia, piensa que todos son como su padre: débiles, cobardes, tienen miedo de luchar por lo que les importa y realmente quieren.

Siempre ha sido una chica optimista a pesar de su situación, trata de ser feliz, de pensar que su vida vale la pena.

Es lista, ve las cosas desde múltiples puntos de vista y las comprende.

Es hermosa, realmente preciosa sin importar nada, puede no ducharse y seguirá siendo hermosa, puede usar ropa tres tallas mas grandes que ella y sigue siendo hermosa, puede estar en la posición menos agraciada para una mujer y sigue siendo hermosa.

Y ahora esta tirada en su cama, dormida, con las mejillas rojas y grandes ojeras debajo de sus ojos hinchados...

Y sigue siendo hermosa.

Estuvo llorando un buen tiempo y después se quedó dormida, no tuvo el valor suficiente para llorar enfrenté de Jeff, no podía mostrarle su debilidad, aun no confiaba en el pero se obligo a contarle su historia porque el le contó la suya.

Jeff le había demostrado múltiples personalidades a lo largo de estos días, desde enojado hasta psicópata, desde melancólico hasta feliz, era como una caja de sorpresas, aun no sabia toda su historia y no se conformaría con tan poco, quería saberlo todo de el, conocerlo, era una chica curiosa, pero sin llegar al limite de decir: "La curiosidad mato al gato, Ángela"

No, ella era lo suficiente lista para retirarse a tiempo, justo cuando las cosas iban a explotar, pero se había arriesgado mucho con Jeff, el había estado a punto de matarla y le había dejado una enorme cortada en la mano, ella también había estado a punto de matarlo, pero no lo hizo... y no sabe porque.

Ángela se despertó tarde, se ducho, se vistió, esta vez se puso su camiseta negra, su capa, un short de cuero que le iba un poco grande, unas medias negras a encaje y sus botas acentuando sus interminables piernas.

Salio a hacer su ronda diaria y se dirigió al bosque, cada minuto se le pasaba muy lento.

Tal vez por que estaba ansiosa.

Tal vez porque ya quería verlo

O tal vez porque Jeff la atraía como un imán... un peligroso y prohibido imán.