Encuentros furtivos.

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Cuando llego hacia frío, las medias no la cubrían bien, se sentó en la roca y espero.

Ella estaba jugando con la pequeña navaja de su boca y se hizo un corte accidental, se metió la navaja a su boca, donde pertenecía y sumergió sus dedos en el agua para lavar la herida.

- Que linda te vez así, Ángela.

Pues no era la forma en la que se esperaba encontrándose con el, estaba a cuatro, inclinada sobre el lago, con el trasero levantado.

Quito su posición inmediatamente.

- No era para ti, me estaba lavando la herida, idiota.

- Ya, tranquila, fue solo un chiste, me gustan mas guapas que tu y simpáticas.

- ¿Que? ¿Yo no soy lo suficiente guapa para ti? Soy muchísimo mejor de lo que podrías conseguir— *Agito su pelo dramáticamente*

-No, yo puedo conseguir todo lo que quiero.

-No vale que este muerta, o atada, o sea prostituta, o gritando.

- Bueno, tampoco para ti.

-Yo puedo pasar enfrente de cualquier hombre y me mirara, soy hermosa.— le sonrió a Jeff y puso sus manos sobre sus caderas.

-Lindas piernas, fea. —Jeff no se había fijado en las piernas de Ángela, pero la luz de la luna le permitía observarlas, era lo que se llamaba lo que cualquiera quería tener en su cama, pero el la quería en sus brazos. Ahora.— ¿Que quieres hacer hoy?

-No lo se, ¿que se te ocurre?— Ángela se sentó en la roca.

-Lo que tu quieras, podemos hablar toda la noche, intentar matarnos, lo que quieras. — Se sentó al lado de Ángela, primer paso, estaba consiguiendo su confianza. Ángela se tenso, pero no se movió, eso es algo positivo.— No pienso matarte, no te preocupes Ángela, ni ahora ni nunca.—Le sonrió con ternura.

- Gracias, creo. Seria una gran lastima, el gran Jeff no me matara. Mierda.— Ella también le sonrió, esas sonrisas que matan.—¿Te gusta nadar? Antes he nadado aquí, el agua esta fría pero te acostumbras, el agua es tan limpia que es imposible no ver el suelo. Podemos nadar.

- No creo que se buena idea. Mis perfectos abdominales podrían darte un infarto.

-¿Tu a mi? Si claro. Podría ser al revés.

- No, tu no tienes abdominales, y si lo tienes debe tener al menos tres lonjas.

-Mi abdomen es perfecto. —empezó  a quitarse la capa, después las botas.— Anda, ¿tienes miedo de nadar?

-Yo no le tengo miedo a nada—Jeff se saco la sudadera, después la camiseta blanca que llevaba debajo, Ángela ya estaba en ropa interior y corría al agua, se zambulló de un salto, el se saco el pantalón y con el los zapatos, se quedo como Ángela, en ropa interior y corrió al agua, estaba helada, pero valía la pena.

Vio a Ángela a lo lejos. La siguió.

-¿Y que vamos a hacer aquí?—grito Jeff.

-Carreritas. — Era tan hermosa, tenia el abdomen tan perfecto y sus caderas eran hermosas, estaba en bragas y sostén, los dos eran negros, era como ver a una súper modelo. Su pelo parecía una gran medusa al nadar, no se había dado cuenta de que lo tenía tan largo, hasta la cintura.

La alcanzo y le sonrió.

De nuevo.

Por ese momento Jeff creyó que era feliz.

Entonces una linterna los asusto, dirigida hacia Ángela, después hacia el, pero se alcanzó a voltear. Si no quería asustar a Ángela debía mantenerse oculto, matar a unos inscursionistas no era la mejor forma de enamorar a una chica.

Porque quería enamorarla.

Jeff The Killer, tal para cuál.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora