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—¿Estás seguro de que quieres hacerlo?— Me pregunta Brian, al que acababa de contarle que iba a deshacerme de todo mi dinero. Estabamos en un coche que nos había prestado la recepcionista del hotel, después de hacernos un par de fotos con su hijo.
—Totalmente seguro. Entrar en el mundo de Hollywood me ha destrozado la vida, ahora tengo que dejar de huir en el alcohol y restaurarlo todo.
—¿Y tu casa?— Preguntó Brian, que iba a conduciendo mirándo fijamente la carretera.
—La venderé si es necesario.— Dije rascandome la nariz con nerviosismo. Ibamos de camino al banco más cercano de toda la ciudad.
—No puedo creerme que estés haciendo esto.
—Todo por ti y por mis hijos. El dinero solo me ha traido problemas. Cuanto más he tenido, más he gastado, y más daño le he hecho a todo el mundo.
—Eso es lo que no puedo creerme.
— ¿El qué?— Dije arqueando una ceja.
—Que yo sea una de las razones. ¿Por qué no pagamos la boda entre los dos y ya está? No quiero que algo como eso se fastidie solo por no tener dinero.
—Ya no es solo la boda. Es todo lo wue debo, no pueo seguir dejandolo arrastrar. Tengo cincuenta y cuatro años, tengo técnicamente un pie en la tumba. Y si no lo pago yo, entonces mis deudas recaeran sobre mis hijos. ¡Lily solo tiene diecinueve años! No puedo dejarle esa carga. Seguramente me salga más trabajo, y aún tienen que pagarme por la actuación que acabo de terminar de grabar. Y si no, me buscaré un trabajo normal y daré por acabada mi vida como actor.
—Es duro tener que dejar tanto atrás.
—Aún me queda Hollywood Vampires, seguiré ganando dinero con mis actuaciones en la banda. No está todo perdido realmente.— Dije colocandome bien las gafas.
—Se me acaba de ocurrir algo. Bueno, se que la mayoría del tiempo lo pasamos de hotel en hotel. Pero, si vendes tu casa, ¿querrás venirte a vivir conmigo?— Miré a Brian, sorprendido.
—¡Eso sería algo fantástico!— Contesté sonriendo.
Al salir del coche, le di un abrazo a abrazo a Brian, emocionado por lo que acababa de pedirme. El siguió el abrazo y me dio un pequeño beso en los labios antes de entrar en el banco. Una vez devuelto todo el dinero que tenía en mis tarjetas, solo me quedaban cincuenta dolares. No podía creerme aquello. Acaba de borrar toda mi vida en el cine. Y ya no podía volver a recogerlo. Los trabajadores se quedaron sorprendidos. Algunos solo por el hecho de haber dado tanto dinero, otros por ser Johnny Depp. También hubo gente que reconoció a Brian y sus rostros se volvieron pálidos al momento. Salí de allí soltand un gran suspiro, y con ganas de llorar. Pero, no de tristeza, realmente no lo se. Melancolía quizá. Solo sabía que había hecho lo correcto. Y ahora solo quedaba salvarme de no ir a la cárcel. Miré a Brian, aquella había sido una de las cosas más importantes de mi vida. Llegamos al hotel de nuevo junto con los demás. La noticia no tardó en salir. Tanto mi dinero como que a Brian me había a acompañado. Eso hizo que la gente se olvidase unos días de mi juicio, y empezase a especular cosas sobre mi y sobre Brian. Y el por qué de aquel gesto de deshacerme del dinero.
Saul me llamó, extrañado al leer aquella noticia. Yo me limité a explicarle los hechos. Y nos despedimos hasta el día del juicio, para el cual solo quedaban muy pocas semanas. Y yo estaba cada día más nervioso. Aquel mismo día por la noche, aún faltaba algo por terminar. El último concierto de la banda. Brian estaba algo nervioso, trás años cantando, aún le salía una risa nerviosa antes de comenzar un show.
—¿Estais listos?— Preguntó Gil a los chicos. Ellos afirmaron. Les quedaban solo un par de minutos para salir al escenario. Una de las maquilladoras estaba terminando de maquillar a Brian. Cuando ya estaban totalmente preparados salieron al escenario. Los gritos de gente emocionada se oían por todo el festival. Marilyn Manson era la última actuación de aquella noche. Solo tocarían una vez en todo el festival, que duraba cinco días.
—Bien, ya estoy.— Dice Brian levantándose de la silla en la que le habían sentado.— ¿Cómo estoy?— Me pregunta sonriendo.
—Genial, como siempre.— Contesté devolviendole la sonrisa.— Suerte.— Añadí tras besarle.
Vi todo el concierto desde atrás, com cuidado de no pisae ningún cable. Nadie del público sabía que yo estaba allí. Pero entonces, tras terminar de cantar Slo-Mo-Tion, Brian me miró.
—Ahora, me gustaría hacerles saber algo. Y eso es que hay alguien muy especial para mi en estos momentos viendome y escuchando este concierto desde el principio.
—¿Quieres que vaya?—Susurré mirándo a mi alrededor. Brian asintió y me hizo un gesto con la mano para que me acercara.
—Él es una persona muy especial para mi. Muy muy especial. Y me gustaría hacer público algo, después de cuatro años. Todos sabeis que Johnny Depp ha sido mucho tiempo mi mejor amigo, como un hermano. Ahora quiero que sepais que es mucho más que eso.
—¡Estas loco, Brian!— Dije frunciendo el ceño, nervioso.
—¡Quiero que todos sepais que me voy a casar con este hombre! ¡Y que me importa una mierda si os parece bien o no!— Gritó mirándo al público. Yo me precipité a aparecer en el escenario. Me fui hacia Brian con los brazos abiertos. La multitud aumentó el número de aplausos al verme. Y, inesperadamente, Brian me besó delánte de aquella gran cantidad de personas.
La noticia se propagó por todo internet, e incluso la prensa. ¿Quién esperaba que nosotros fueramos pareja? Parecía que iba a quedarme eternamemte en la boca de todos, habían pasado demasiadas cosas en menos de un mes.
—¿Estás loco? ¿Cómo se te ocurre hacer eso sin decirme nada?— Le pregunté a Brian frunciendo el ceño.
—¿Cuánto más querías guardarlo?
—Al menos podrías haberme avisado.— No, no estaba enfadado, quizá solo un poco.
—Depp.— Dijo acercándose a mi.— Llevamos cuatro años.— Añadió rodeandome por la cintura.— Si la gente no se enteraba ahora, se hubiera enterado de nuestra boda, ¿no?
— Tienes razón.— Contesté mirándole.
—¿No lo habías pensado?— No, no lo había pensado. Ni se me había ocurrido por la cabeza. Negué con la cabeza.
—Pero ahora no importa.— Dije.— Realmente no es eso lo que me ha molestado. Lo que me ha molestado es que no me lo hubieras dicho.
—¿Y si te lo hubiera dicho? ¿Qué habrías dicho?
—No lo se.— Contesté. —Pero ya da igual. Ya lo has hecho.
—¿Vas a seguir con esa cara todo el día?— Me dice mirándome a los ojos.