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Diez de septiembre. Desperté aquella mañana con los ojos muy abiertos. Brian aún seguía dormido, tenía sus brazos alrededor de mi cuerpo. Miré el reloj de pared que había delante de nosotros. Aún eran las diez de la mañana, bastante temprano. El juicio no era hasta la una de la tarde. Pero aún así no podía permitirme ir con el tiempo justo.
—Brian, despierta...— Dije acariciando su brazo. Tuve que repetir su nombre un par de veces hasta que al fin se despertó.
—Buenos días.— Susurró sonriendo aún con los ojos cerrados.
—Necesito que te despiertes, tenemos que desayunar, ducharnos y estar en el tribunal en tres horas...— Dije dándole un beso en la cabeza. Luego intenté moverme para levantarme de la cama.
—Johnny, no te vayas.— Dice Brian abrazándome más fuerte.
—No me voy, tu también tienes que levantarte.
—Joder...— Masculla sentandose. Yo me levanto y me voy directamente al baño para ducharme. Una vez que estamos ambos vestidos Tyler llama a la puerta de la habitación, tenía un par de bolsas con comida.
—Buenos días.— Dijo al entrar. Brian me miraba, aún parecía bastane cansado. Yo, por el contrario, debido a los nervios no podía parar de moverme de un lado a otro.
—Hola, Bates.— Le contesta Brian tumbandose en la cama.
—Brian, levántate.— Le digo agarrandole del brazo y tirándo hacia mi.— Por favor.
—Manson, os tengo que llevar al tribunal en unos veinte minutos, así que hazle caso, come algo y vamonos. — Yo ya había cojido una de las rosquillas del interior de una de las bolsas. Brian se levantó e hizo lo mismo.
—Depp, seguro que todo sale bien.— Me dice Tyler.
—Eso espero.
—¿Sabes si Lily ha llegado ya?— Pregunta Brian.
—Si, llegó ayer junto con Jack y Vanesa.— Dije. Luego le di el último mordisco a la rosquilla y me bebí una botella de agua con ansias.
—No deberías comer tan rápido, terminarás vomitando.— Dice Tyler, el cual nos miraba con las manos en los bolsillos.
—Creo que vomitaría de todas maneras.
—Tyler, esperanos en el coche, ahora vamos.— Le dice Brian a Tyler agarrando una servilleta para limpiarse las manos.
—Está bien, no tardeis.— Dice abriendo la puerta. Una vez que Tyler salió por la puerta, Brian se acercó a mi.
—Por favor, tranquilízate.— Me pide Brian mirándome fijamente.— Haré todo lo posible por que no te metan en la cárcel. Y si eso termina pasando, pagaré inmediatamente la fianza.
—Vas a terminar arruinado si quieres pagar todo lo que necesito.— Le digo sintiendome mal por su ofrenda.
—¿Qué más da si me arruino? Tu has hecho bastantes cosas por mi. ¿Recuerdas aquella vez en la que casi me arrestan por ir borracho y tu convenciste a los policías de que no lo hiciesen? No se como cojones lo hiciste, pero funcionó. Ahora me toca devolverte el favor.— Aquello hizo que se me saltasen las lágrimas. No quería perderle, de verdad que no. Y no es lo mismo evitar un arresto que pagar millones de dolares para evitar años de carcel.— ¿Por qué lloras? Al final terminaré llorando yo.— Exclama envolviendome en un cálido abrazo que me dió la libertar de explotar y empezar a llorar sin intención de parar. Las manos de Brian acariciaban mi espalda y sus labios rozaban mi cuello de nuevo.— Tranquilo...— Susurraba en mi oido.— Todo saldrá bien.— Dice acariciando mi cabeza.
