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Nervioso, con la bolsa del inhalador en la mano, pensaba una buena excusa para cuando tuviese a Johnny. Pero, no tenía ninguna, me iba a ver obligado a contarselo nada más me preguntase qué era lo que llevaba ena bolsa. Aùn estabamos en el coche, pero no faltaban más de un par de calles para llegar a la puerta del hotel. Tyler iba mirándo su teléfono.
—Brian.— Me dice de repente apartando la mirada del aparato. Yo que tenía la mirada fija en la bolsa, alcé la cabeza para mirarle.— Ahora que sabemos que no es nada grave, hay que contarle a los chicos que tenemos un último festival en Nuevo México.
—Mierda.— Solté.— ¿Cuándo?— Dije apretando los dientes. Aquello no era lo que tenía planeado. Lo único que quiero es descansar de andar tanto de un país a otro, y más ahora, que Johnny necesitaba algo de calma.
—La semana que viene.—Dice.— Y, hace poco me llamaron de un programa de radio. Quieren que vayas con Depp.
—Ya me imagino el por qué.— Mascullé frunciendo el ceño. Una vez cruzadas las dos calles que faltaban enseguida me fijé en que había una gran multitud de personas en la entrada del hotel. Una multitud parecida a la gente que había en la firma de discos de hace unos días.
—¿Qué hacen ellos aquí?— Le pregunté a Tyler.
—Joder, no tengo ni idea.— Contestó sacando su cartera para pagarle al taxista, el cual no había abierto la boca en todo el trajecto, mirándo al cúmulo de gente con la misma impresión que yo. Salimos del taxi, me puse las gafas de sol y nos encaminamos a abrirnos paso ante aquello. Las personas gritaron al verme salir del coche, pero un grupo de policías les impedían acercarse. No tenía ganas para ponerme a saludar y hacer el paripé de siempre. Lo que quería era ver a Johnny y quitarme aquel peso de encima. Al acercarme a la multitud, me di cuenta de que las personas no me aclamaban, si no que me despreciaban. No había ninguna persona joven, todos parecían tener de cincuenta años para arriba. No entendía aquello, me vi obligado a responder.
—Me haríais un gran favor si cerrárais la puta boca.— Dije alzando la voz.
—Nos hemos enterado de que ahora eres un puto maricón.— Gritó un hombre de pelo largo de barba espesa.
—¿Todos estáis aquí para quejaros de los mismo?— Dije dándole la bolsa disimuladamente a Tyler. Empezaron de nuevo los gritos, los cuales afirmaban mi pregunta. Tyler les hizo callar con un silbido. Yo me estaba impacientando y traté de ignorarles. Pero entonces uno de ellos me agarró del brazo.— ¿Qué cojones estás haciendo?
—Nos debes explicaciones.
— No os debo ninguna explicación.— Digo soltándome.— Ni siquiera teneis una razón lógica para estar aquí. ¿De verdad os molestó aquelló que visteis? Me parece una estupidad. Llevo luchando por vosotros toda mi vida. Diciendo que no os escondieseis de nadie, que debíamos ser respetados. ¿Y ahora me parais para quejaros de que tengo una relación con un hombre? Que os jodan.— Dicho esto agarré a Tyler del brazo y entré en el hotel. Este me miró con una expresión de asombro. Y creo que iba a decirme algo. Pero entonces apareció Johnny enfrente de nosotros.
