5.-Café

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Al devolverle el teléfono a Eddie, uno de mis compañeros de trabajo y protagonista de la película, me quedé mirando la luz de una farola, que se veia a través del espejo de la cafetería, sin apartar la mirada

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Al devolverle el teléfono a Eddie, uno de mis compañeros de trabajo y protagonista de la película, me quedé mirando la luz de una farola, que se veia a través del espejo de la cafetería, sin apartar la mirada. Era de noche, a penas la una y media de noche.
Miré a Eddie y el me devolvió la mirada.

-¿Te pasa algo? En la primera película se te veía con ganas de trabajar.- Redmayne pone su mano en mi hombro.

-Me pasa de todo.-Dije agachando la cabeza.

-¿Tienes problemas con Manson?-Preguntó. Se lo había contado, si. Me hacía sentir bien y me había dado la confianza suficiente, no creí que a Brian le importara.

-No, el es el único que no me da problemas.-Contesté.

-Si necesitas algo, llámame.-Dijo levantandose de un brinco del taburete en el que estaba sentado.
Asentí con la cabeza.
Luego, una mujer de no más años que yo, nos pidió que nos marchasemos. Eddie y yo subimos a nuestras habitaciones. Se despidió de mi y entró en la suya tras dedicarme una leve sonrisa.
Me limpie la cara y miré mi pelo teñido de rubio, no era tinte de verdad, ni decoloración, era un tipo de mascarilla de color platino. Seguidamente me metí en la ducha, notando como el color rubio desaparecía.
Ni la ducha sirvió, estaba estresado igual que días antes. Miré mis manos, aún mojadas, y luego me peiné con ellas.
Me senté en el filo de mi cama, cuando deseaba que Brian me abrazase ahora mismo. Me tumbé apoyando mi cabeza en la almohada y revisé de nuevo la conversación que había mantenido con Amber. No quería pasar por lo mismo otra vez, si mi carrera ya estaba en peligro, ¿que va a pasar si aquello sale a la luz? Se confirmarían mis actos anteriores de supuesto maltrato. Me llevé las manos a la cabeza. Suspiré, aquella no había sido una buena semana. Mi única forma de desconectar habia sido durante la grabación.
Tras tomarme un calmante conseguí dormirme.

Al día siguiente me dolía absolutamente todo.
Recibí un mensaje de Brian dandome los buenos días. Auque claro, el ya hacía tiempo que se había levantado, aquí eran cinco horas menos.
Me bebí un café y esperé al aviso de Eddie para ir a rodar.

-Aquí estais, pensé que no llegaríais a tiempo, doce minutos de retraso.- Dijo David, el director de la película, mirando su reloj de muñeca.

-Había demasiado atasco esta mañana.-Explicó Eddie. Yo caminaba detrás suya.

-Empecemos.

Entraron un par de estilistas y maquilladores. Mi pelo volvía a ser rubio, y mi cara estaba más blanca de lo normal debido al maquillaje.
La chica que me maquilló se llamaba Liz, Elisabeth. Aquello me hizo recordar a mi amiga, aún me siento mal por la vez que tuve que besarla en la tercera entrega de Piratas del Caribe. No fue un mal beso, pero ella es como una niña de tres años ¡y yo un viejo de cien!

Una vez terminado el rodaje aquel día, habían pasado unas cinco horas, sin contar el descanso para comer.
Ahora eran las cuatro de la tarde, aproximádamente y yo, junto al resto del equipo, fui a tomar un café.
Eddie se sentó a mi lado y yo le miré frunciendo el ceño. El me miró y pareció dudar en si debía estar allí o no.

-¿Cómo estas?-Dijo tras darle un sorbo a su café y poner una mueca, se había quemado la lengua.

-No sabría decirte.-Contesté dandole vueltas a mi bebida con una cuchara de plástico.-¿Crees que estoy haciendo algo mal?-Me decidí a preguntar.

-No, no creo. Eres una buena persona.-Contestó. Entonces vino David, el cual dejó un periódico en la mesa y se marchó a hablar con un par de personas al otro lado del bar. Miré el periódico, parecía haber las mismas noticias de siempre. Pero, tras pasar unos minutos y terminar de beberme el café, como David no venía y Eddie no parecía interesado en leerlo, decidí cogerlo yo. Alargué mi mano para agarrarlo y lo miré detenidamente, lo tenía del revés. Lo giré para ver la portada. Entonces apareció, "Amber es nuevamente agredida por su exmarido y estrella de cine Johnny Deep."
Mi expresión facial cambió de repente y Ed pareció notarlo. El pelirrojo enarcó las cejas al mirarme y dejó su taza en la mesa para inclinarse a ver lo que ponía en el periódico.

-Voy a llamarla.

-Johnny, solo quiere llamar tu atención.

-¿Y que voy a hacer? ¿Dejar que me siga hundiendo? ¡No solo se trata de mi, se trata de mis hijos, de mi carrera profesional, de mi círculo de conocidos y amigos!-Eddie no insistió y yo me levanté de la mesa, precipitandome a la salida, con el teléfono móvil en la mano.
Marqué el número de Amber en el teléfono una vez fuera de la cafetería. Uno, dos, tres, cuatro, al quinto tono descolgó.

-¿Diga?-La voz de Amber era neutra.

-Me tienes en tu agenda, no te hagas la tonta.

-¿John?¿Qué es lo que quieres?- Dijo con una voz mas animada.

-Acabo de ver lo que has hecho. ¿Como coño se te acurre mandar eso a la prensa? Lo juro, estas enferma, ¿no vas a parar hasta conseguir la fama que necesitas, no es así? ¿No estas harta? ¿Sabes lo mal que lo pasan nuestros hijos por esto? ¡Ya me has quitado la confianza de Jack!

-Y no queda mucho para que empiece a hacerlo Lily, ¡y todo te lo has buscado tu! ¡Eres un capullo maltratador!

-¡NO SOY NINGÚN MALTRATADOR, DEJA DE CREERTE TUS PROPIAS MENTIRAS, PUEDO SER UN BORRACHO, PUEDO TENER MILES DE DEUDAS, PERO YO NO TE HE PUESTO LA MANO NUNCA ENCIMA. NI A TÍ NI A NADIE!-Amber no contestó, colgó directamente y me quedé con rabia acumulada. Suspiré y respiré hondo. Al darme la vuelta para entrar a la cafetería vi que Eddie estaba en la puerta mirándome, si un respingo al verle, no me lo esperaba allí.

-¿Me has oido gritar?-Pregunté.

-Un poco.-Dijo sonriendo.-¿Qué ha pasado?

-Me va a poner una orden de alejamiento.

-¿Otra vez?

-Si. Otra jodida vez.-Dije y entré en la cafetería. Agarré mi chaqueta, me puse las gafas de sol, y cogí un taxi para que me llevase al hotel.

Una vez en mi habitación saqué un paquete de tabaco de mi mesilla de noche y me senté en una de las sillas que rodeaban la única mesa que había allí. Encendí un cigarro.
Había una carta encima de la mesa, Amber me había mandado la carta del juicio en papel aquella mañana, cuando yo estaba en el rodaje.
Sujeté el cigarro con los labios y abrí el sobre.
Miré mi teléfono, eran las seis de la tarde. Tenía que buscar un abogado cuanto antes.

Un par de horas buscando en las páginas amarillas, internet, y llamando por teléfono, conseguí dar con un chico llamado Saul, crucé los dedos.

-Bien, necesito tiempo, y tenemos que concertar una cita para que me puedas explicar los detalles. ¿Cuando te viene bien?

-El juzgado es dentro de un mes, y ahora mismo estoy en un rodaje hasta dentro de tres dias. ¿Vives cerca de aquí, me equivoco?

-Bien, si, así es.- Me quedé pensativo antes de contestar.

-¿Puede ser el martes?

-Si, cuanto antes, mejor, ¿nombre del hotel?

-Holiday Inn Express Stevenage. Habitación n°310.

- Estupendo. ¿Hora?

-Diez de la mañana, por decir algo.

-Allí estaré.-Colgó el teléfono.

➼ωє∂∂ιиg║נοнииιℓγиDonde viven las historias. Descúbrelo ahora