Durante el capitulo "la única luz en la oscuridad" el equipo no sale en ayuda de la chelista sino que se queda en la base y Skye tiene la oportunidad de decirle al equipo la verdad sobre Ward, una historia de amor, acción, y de perdón SkyeWard.
-¿Crees que es el momento? - Preguntó Ward. Le mire confundida -. De esa copa... Charlar.
-¿Te han curado? - Le pregunté. Hacia menos de tres horas que Ward había vuelto, hecho un asco, la verdad, y ahora estaba sin sangre en la cara y cambiado de ropa, pero las heridas seguían abiertas.
-Estoy bien.
-Necesitas puntos.
-No- se apresuró a contestar.
-¿Hace cuánto que te has limpiado la sangre por última vez?
-Hace como unos cinco minutos.
Me levanté del sillón en el que estaba sentada y busqué en mis bolsillos un paquete de pañuelos y saqué uno, me acerqué a él y limpié la sangre que la herida de su frente estaba dejando caer. Se lo enseñé.
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-Necesitas puntos - dije sin admitir réplicas.
Me miró con esa cara de "seras terca" y asintió.
-Está bien, ¿sabes ponerlos?
- Claro que sé, me crié en casas de acogida. Vamos, no me hagas llamar a Coulson para que te lo ordene.
Me indicó con el brazo que saliera y le guiara. Pero como sabía que Coulson estaba reunido con el hombre que vivía aquí, May estaba en el avión y Fits-Simmons en el laboratorio (y la enfermería y el laboratorio estaban en sitios distintos) le cogí la mano y entrelacé nuestros dedos, le miré por una décima de segundo y tiré de él.
Me siguió sin rechistar hasta la sala de paredes blancas. Le empujé hacia una silla y se sentó. Me siguió con la mirada mientras buscaba lo necesario para curarle.
Mojé el algodón en desinfectante y comencé a curarle la herida conteniendo la risa al verle hacer gestitos de dolor para luego disimularlos rápidamente.
-¿Qué es tan gracioso?
-No tienes que hacerte el fuerte conmigo, se que duele, lo que tienes en la frente casi llega hasta el hueso o... Es que quizás ¿"ocultas el dolor ante una mujer atractiva porque eso te hace ver más varonil"?- dije recordando el día en que nos conocimos.
Él sonrió, supongo que recordando lo mismo.
-Si te soy sincero, duele más curar la herida que hacérsela.
-Es por la adrenalina.
-Lo sé - me dijo mientras sacaba los puntos de su cajita y me los iba dando.
Acabé de ponerle los puntos y le dije que pediría a Simmons que le hiciera una radiografía.
-¿Por qué?
-Punto A, te cuesta respirar; punto B, cada vez que te sientas o te levantas te tocas el costado y punto C, ni se te ocurra moverte de aquí mientras yo voy a buscarla.
