Día ***
Mis ojos se abrieron, viendo un hermoso y resplandeciente cielo azul.
El sol se sentía cálido, mientras la brisa matutina me llenaba de alegría.
Al ver a mi alrededor, alguien se encontraba a mi lado.
Mis pensamientos salieron disparados, alguien en este lugar solitario.
Recordé algo borroso sobre la tarde anterior.
"¿Qué fue eso?".
Mi memoria era borrosa, no llegue a recordar que fue lo que ocurrió.
Solo podía ver a una joven mujer durmiendo a mi lado.
Mis ojos observaron cada rincón de su cuerpo, una belleza sin igual.
Su cuerpo era entre delgado y robusto, un cuerpo con suficiente carne para ser una belleza, su rostro tenia rasgos delicados, labios pequeños, una nariz pequeña, unos pómulos rosados bajo una delicada piel de color blanca y tersa.
Sus pecho era abundante, mientras que sus piernas se veían firmes con unos hermosos muslos.
Por apariencia física era una total belleza, estaba deseoso de observar su trasero, ya que desde mi posición recostado, no podría decir que no tiene una gran cadera y con ello de seguro un gran trasero.
Su ropa era muy ligera, tal vez lencería para dormir, no estoy muy versado en ropa de mujeres, sin embargo la mezcla entre blanco y negro con tal fruslería, era hermoso de ver.
Hacía resaltar su hermoso cabello negro.
En comparación a mi, un hombre de cabello castaño y ojos color miel, su belleza era real.
Admito que soy un hombre atractivo, pero ante mis ojos, no tengo oportunidad de conquistar a una mujer tan perfecta.
Quisiera intentarlo de todos modos.
Me levanté y sin demoras observe su trasero.
"Cómo pensaba, tiene buen trasero".
Ella despertó y al verme a los ojos, se sentó en el sitio.
-Te... Esperaba.
Con una melodiosa voz murmuró esas palabras.
"¿Me esperaba?".
-¿Quién eres y qué haces aquí?.
Se quedó pensativa, sin responder a mis preguntas.
-Soy ******* estoy aquí... por ti.
"¿Cuál dijo que es su nombre?".
-¿Cómo dijiste que te llamas?.
-Me llamo *******, vine por ti.
"Cada que dice su nombre, es como si escuchase una fuerte interferencia".
-¿Qué necesitas de mi?.
"Si viene por mi, debe ser por algo en especial".
Negó al instante eso.
-Tú... Me necesitas a mi.
"¿Yo?".
-No entiendo lo que dices.
-¿Lo pronuncié mal?.
Ella se detuvo un momento mirando al cielo, al regresarme la mirada, sus palabras cambiaron a un tono diferente.
-Tu ser- alzando los brazos hacia mi- necesita de mi fuerza- moviendo su mano derecha a su brazo izquierdo el cual resaltaba sus músculos casi inexistentes- para sobrevivir.
"Stop, Stop, ¿Dijo qué yo qué...? Para sobrevivir la necesito".
-Tiempo fuera, no entiendo lo que dices.
-¿No se entendió?- ajusto de nuevo su voz antes de hablar- Yo...
Levanté mi mano deteniéndola.
-Entiendo las palabras, no entiendo su significado real.
-¿Significado real? ¿Acaso no dicen ya el mensaje a transmitir?.
-¿Cómo debería decirlo?- ella inclinó su cabeza ante mis palabras- ¿En qué sentido necesito de tu fuerza para sobrevivir?.
Ella miró el claro que nos rodeaba.
-Pronto ya no será seguro... En ese tiempo... Sígueme.
Al posar mis ojos en el perímetro del claro, pude notar que había decaído su alcance otra vez.
-¿Qué eres? ¿Cómo llegue a este sitio?.
Una lágrima dejaba sus mejillas.
-Soy un ******** y fue por... Estas aquí... Necesitas... Por favor...
Sus palabras se sentían entrecortadas, incluso su cuerpo perdía fuerza, volviéndose translúcido de momentos.
Pensé que era mi imaginación, pero no era el caso, no fue solo un momento, ocurrió demasiado.
-Ell... Segui... Segu...
Con su mano derecha, señalo una ruta en el bosque, allí donde podía ver todo era árboles, no se que esperaba encontrar en esa dirección.
Al fijarme con atención, entendí su mensaje, hay algo en ese camino, no voy a huir.
Cuando volví mis ojos a ella, salto a mis brazos, desapareciendo al contacto.
...
De la sorpresa me desperté...Día 4
"¿Siquiera esa locura tan realista era un sueño?".
Me desperté entre los ruidos de los animales, siendo esta la primera vez que actúan tan... Natural.
-Tal vez aluciné al probar aquella fruta, no me sorprendería que cause alucinaciones el saborear un poco de ella.
No podía recordar cuando la había probado, si no recuerdo mal, había dejado la fruta antes de probarla.
Deje el pensamiento de lado, siendo aturdido por el fuerte olor de mi cuerpo.
-Uff me esta haciendo falta un buen baño.
Solo podía pensar en el río para ese cometido.
El problema también consiste en la seguridad y el agua del río es fría.
-Ahhh...
No podía evitar suspirar al pensar en mi situación actual.
Reuní valor y armado con la misma combinación del día anterior, fui en dirección al río.
Esta vez los ciervos negros no estaban, ahora que recuerdo ayer había un caimán y un hipopótamo.
No quiero pensar en sus diferencias obvias.
"Si tengo cuidado, puede que logre bañarme hoy, ademas de beber".
Junté algunas almejas y en vez de quedarme en el sitio, comencé a caminar siguiendo el río. Por supuesto que las almejas que junté, eran una pila que serviría para marcar el camino de regreso.
Intentar tomar un baño justo en el sitio del caimán es un no, por lo que decidí seguir el río, puede que así, encuentre un sitio apartado o seguro.
Ya llevaba rato pensando en esto, o eso me gustaría pensar, el caso es que siento mi cuerpo más fuerte, menos cansado, siento que puedo estar todo el día en movimiento y no sentirme destrozado como el primer día.
Tomé un respiro, levantando aun más mi determinación, encontraré un medio para huir de este lugar, podre llevar una vida normal, vivir sin temor a la muerte.
"Este lugar, este mundo, por mi pueden explotar".
Seguí mi marcha, perdiendo el miedo, aceptando la rudeza de este sitio, no soy idiota, se que soy el más débil, se que no puedo ganar.
Eso no iba a detenerme, estoy asustado, se que hay mucho peligro, se que puedo morir por cualquier motivo, aun asi no puedo resignarme, quiero vivir.
Seguí el río abajo, estando determinado a sobrevivir, sin esperar encontrar eso.
A lo lejos, del otro lado del río, pude ver la figura de una mujer morena, no sabría decir si era bonita por la distancia, pero me alegraba ver a un humano o al menos parecía serlo.
Ella se encontraba tomando un baño en el río, por lo que puedo presumir que este sitio es seguro para ello.
Sin embargo no podía llegar a ella, tampoco debía hacerlo, si estaba tomando un baño, seria peligroso para mi tener tal mal encuentro.
Observe los alrededores y no logre encontrar ninguna amenaza, este parecía el momento perfecto para darme un baño.
Me desvestí casi por completo, dejando solo la ropa interior, luego comencé a bañarme, aprovechando la corriente de agua.
No evite beber de ella, me era necesario para vivir y hace ya rato que no lo hacía.
Me restregué bien todo el cuerpo, utilizando mi ropa interior para ello, lamento llegar a este extremo, pero deseaba mucho poder bañarme.
Pronto pude ver como aquella mujer a lo lejos, se alejaba del agua, mientras tambien pensaba igual, iba siendo momento de alejarme del agua, no conozco los peligros y si ella se va, debo considerar eso como inseguro.
Mi ropa se encontraba en malas condiciones, pero no iba a ser exigente, al menos no aun, necesito encontrar un sitio con más personas para ello.
A decir verdad, cuando vi a aquella mujer quería hablar con ella, sin embargo recorde un caso de tribus indígenas, las cuales tienden a atacar a los forasteros.
Esto no puede ser igual a los Isekai, no creo que pueda encontrar una tribu que hable mi mismo idioma y a la vez, que esa tribu decida ayudarme sin pedir nada a cambio.
-Es desesperante, aun asi ya se que hay gente, eso es bueno.
Al terminar de vestirme, pude ver unos ojos espiándome desde el bosque.
En ese momento un escalofrío recorrió mi espalda, comencé a sudar frío.
Era hora de usar esa táctica secreta.
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El Primigenio (Isekai) (En Emisión)
FantasyPensamientos sin sentido, aquella memoria perdida, los sueños premonitorios que me llevaron a esa nueva vida. Que extraño era ese pensamiento, cuando dejando un lugar tan seguro, encontraría un mundo de luto. Espada de doble filo, recibía algo, perd...