Capítulo 07

51 8 0
                                    

Día 4

Justo en ese momento, mis pies activaron su habilidad oculta, comenzar a correr de forma automática.
Sin ver a donde iba, comencé a huir de esos ojos que me veían sin perderme el rastro.
"¿Qué mierda me sigue?".
Mirar es malo, muy malo.
Si volteaba la vista, podría ser sorprendido y caer paralizado del temor.
No quería saber que era, solo quería huir.
Seguí adentrándome en el bosque, río abajo, la razón es simple, aquello que me seguía venía por el camino de regreso, es decir, me estaba alejando del claro.
"En el momento oportuno, hago un giro en U y evito llegar al lodazal de la vez anterior".
Según lo que estaba pensando, aun no debería alcanzar la distancia del lodazal, lo malo es que por algún motivo, el río seguía curvándose en dirección al lodazal.
"No es bueno, aun que no siento cansancio, se que esa cosa me sigue".
El ruido tras de mi, era de algo atravesando las hierbas altas.
Por un momento mis ojos se desviaron hacía el camino recorrido, solo para encontrar un pájaro gigante que venía corriendo tras de mi.
"¿Qué mierda es ese avestruz gigante?".
Su pico y cabeza eran enormes en comparación a lo que conocía, sus patas parecían capaces de pasar por sobre mi con suma facilidad.
Por la forma de su cuerpo, debería ser difícil pasearse por el bosque.
Tiene un cuerpo de más de dos metros de alto, considerando su cuello.
"¿Cómo voy a escapar de esto?".
Necesito algo que lo retenga, necesito algo que haga que sus pasos se vuelvan lentos.
Llevaba la pequeña lanza a mi espalda y la almeja en el bolsillo, eso no me serviría de nada.
No, había algo más que llevaba conmigo.
Tendré que sacrificar algo para sobrevivir.
Eso me inspiró con una interesante idea.
Comencé a correr en dirección al lodazal al llegar a verlo.
La criatura no estaba tan lejos de mi, sin embargo sufría más que yo que la tierra perdiese resistencia.
La tierra blanda hacía mis pasos más pesados, aun asi continúe, llegando al borde del camino. Me detuve, viendo como ese pajarraco no lo hacía.
-Ven por mi, te voy a hacer al espiedo.
Cuando saltó para atraparme, era el momento indicado.
Utilicé mi abrigo para cegarle, cayendo dentro del lodazal.
Sin la capacidad para salir, pronto pude observar como varias criaturas comenzaban a atacarle, siendo este pajarraco el único haciendo alboroto, era una presa fácil.
Quería recuperar mi abrigo, así que utilicé una rama para intentar atraerlo hasta mi.
El pajarraco no desistió y se aferró con una de sus patas a este.
Sin embargo algo en el lodazal le atrapó con tal fuerza, que al lograr recuperar mi abrigo, una de sus patas, quedo aferrada en el.
Una idea cruzó por mi cabeza, incluso la saliva salía de mi boca.
-Serás mi cena esta noche.
Me llevé esa pata y mi abrigo, regresando al río para lavarlos.
Esperaba ser atacado por algún animal, ya que el olor a sangre debería atraerlos, algo que no ocurrió.
Arrastré algunas ramas secas conmigo, pensando como iniciar fuego para tener algo de proteínas.
-De alguna forma voy a hacer fuego y te voy a cenar.
Pensé por un momento y se me ocurrieron varias cosas.
Junté algunas hojas secas y algunos troncos.
Pensé en la probabilidad de la propagación del fuego, asi que también fui a recolectar varias puertas de buen tamaño.
Usando una cuchara, corte y di forma a una rama seca y con esta, apoyándola sobre un tronco con un pequeño orificio y colocando hijas secas en este, comencé a hacerlo girar.
Pese a lo que conocía por la televisión, esto no era nada fácil.
Tras varios intentos, al fin comenzó a iniciar el fuego.
Solo algo cayó en cuenta.
No pudo tirarlo directo al fuego.
Así que descuidando el fuego, fui y conseguí algunas piedras grandes y lisas. Con esto hice una pequeña parrilla y con ella colocando sobre esta la pata.
El tiempo que tardo en cocinar la pata, fue tanto, que fue real hablar de una cena nocturna.
No quiero hacer comentarios sobre su sabor, estaba bien, solo que se sentía sin sabor alguno.
-La sal se hace extrañar.
Me lamentaba mientras intentaba dormir recostado.

                          Día???

Una mujer estaba durmiendo a mi lado, extraño, siento que ya la había visto antes.
Sin decir demasiado, puedo asegurar que ella es hermosa.
Tenía interés en inspeccionar su cuerpo, sin embargo, sus ojos negros me veían con serenidad.
-Hola.
Le saludé y me senté en el lugar.
Ella me observó con mucho cuidado, mientras se sentaba ante mi.
-Tiempo... Poco... Vida... Larga...
"No entiendo que quiere decir ¿Poco tiempo?".
Lo otro no le encontraba sentido.
Su mano señaló en dirección al lodazal.
Me da mala espina, siento que algo similar ya me había pasado antes.
-¿Qué quieres que haga? ¿Qué me estas señalando?.
-Salvar... Peligro...
"¿Qué salve a alguien en peligro? No, creo que quiere que me salve".
-¿Qué debo hacer?.
Me acerqué a ella y sin demoras ella retrocedió.
-No tocar...
-No era mi intención.
Ella me veía con precaución, sin tener en cuenta mis palabras.
-Aquí... Dos días... Más... Peligroso...
Entiendo sus palabras, esta vez fue más clara, si me quedo más de dos días, ya no será seguro el claro.
Tenia que hacer algo en dos días, algo tiene que ver con el lodazal.
-¿Cómo ha...?.
Ella había desaparecido.
Volví mis ojos en dirección al lodazal, pensando en la posibilidad de encontrar una ruta segura.
Al voltear a ver sin saber por que, caí, abriendo los ojos rápidamente.
Fue un sueño, todo lo que paso en ese sueño, se sentía tan real, sin embargo la mujer era diferente del sueño anterior.
Recorde lo que dijo y tal como mencionó, el espacio del claro se había reducido, a diferencia de lo que había calculado, fue una gran distancia la que se había reducido, ahora puedo decir que con suerte pasan dos días antes de quedar expuesto.
Un aullido atronador me atemorizo, había algo en el bosque y no eran solo los lobos.
-Este dia será interesante.

El Primigenio (Isekai) (En Emisión) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora