Capítulo 11

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Algo cambió con esas palabras, tantos dioses y tantas cosas por recordar, que sólo podría hacerlas por accidente.

Trascender eso fue lo que me sugirió el Dios del Tiempo y el Destino, los otros dioses no perdieron la oportunidad para bendecirme cumpliendo ciertas peticiones de su parte.

Ser el primero de mi especie, la Diosa de la vida me dio su bendición, la cual cambió mi manera de ver este mundo.

No pude entender sus palabras, pero por algún motivo, mi cerebro entendió lo que decía.

Allí ante mi un menú desplegable se posaba ante mis ojos, mi mano lo atravesaba, pero si me concentraba en ello, podía cambiar cosas dentro de este menú, lastima que todo estaba en un gris opaco y solo había un limitado grupo de opciones en color blanco.

De la gran cantidad de opciones que había en bendiciones, no podía leer ninguna, empezando en que casi todas estaban en gris, decían cosas en un lenguaje que no podía comprender.

Toque una de las que estaban en blanco y saltó otro menú desplegable, en este todo estaba en ese lenguaje incomprensible.

Conté las que estaban en blanco y eran tres, solo tres en un mar de opciones en gris.

Las toqué y solo una de ellas reaccionó.

Sin embargo no hizo nada.

-Parece que tendré que ir descubriendo lo que hacen de a poco.

Un rostro atónito me veía sin poder cerrar su boca.

-¿Qué ocurre?.

"Había olvidado que ella no puede entenderme".

-¿Puedes hablar mi idioma?.

"¿Qué esta diciendo? De poder hablar su idio... ¡¡Puedo entenderle!!".

-No entiendo como puedo hacerlo.

-¿Qué fue esa luz?.

"¿Esa luz?".

-¿No viste al espíritu que me conectó con los dioses?.

"Ella no vio a la chica espíritu".

-¿Una entidad superior? ¿Tienes la gracia divina?.

-¿Qué es eso de la gracia divina?.

-La bendición de algún Dios, siempre son muy poderosas.

"¿Cómo puedo explicar que varios dioses me dieron sus bendiciones?".

-Me gustaría explicarlo, sin embargo debemos salir de aquí primero.

El claro había desaparecido por completo, ahora teníamos que regresar ya que habíamos pasado el medio día.

Es peligroso este lugar, por lo cual debíamos irnos ya.

Junté las pocas cosas que quedaban y me armé para luchar contra todo.

Es un mal chiste decir que me arme para enfrentar a todo, solo habían unas cucharas de mar y algunos palos con punta, es cómico, pero debía usar algo para luchar.

Comenzamos a correr y como quien se esperaba tal cosa, unos lobos nos comenzaron a seguir.

-Esos lobos, no nos la van a hacer fácil.

Antes había sobrevivido a ellos ocultándome en el claro, ahora me encontraba en una situación desfavorable.

Un lobo saltó sobre mi, haciéndome caer y con ello, fui rodeado por dos lobos más.

Ella se detuvo para lanzar una flecha, algo que nunca ocurrió, ya que fue interceptada por dos lobos.

En total el grupo que nos perseguía era de cinco lobos, algo que no iba a dejar escapar.

El Primigenio (Isekai) (En Emisión) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora