Summer in Tennesse «l.s»

Capítulo 41. (penúltimo)

AMO CON LA VIDA ESTE CAPÍTULO. YA SE NOS VA SIT. GRACIAS TOTALEEES. 

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Capítulo cuarenta y uno 

<Penúltimo capítulo>

"Who you are"

"Simplemente se fiel a quién eres..." Who you are— Ed Sheeran.

Las personas siempre acostumbran a decir que la situación siempre tiene un lado fácil por el cual salir a flote. Sin embargo en esta ocasión, no existía el lado "fácil". Allí en medio del living soñado de Louis se encontraba Harry mirando la nada. Pensando en todas y cada unas de las palabras que Leonor le había dicho.

Era la peor persona que él pudo haber conocido, ella era malvada, maliciosa, no podía simplemente comprender como un ser humano podría incluso dejar sin un padre a un bebé por el hecho de querer quedarse con otra persona ¿Pero quién era Harry para privar a un pequeño bebé de la existencia de un padre?

Él sabía lo que era sentir la ausencia de uno de los pilares fundamentales que deberían estar en la vida. Su madre le botó, no solo a él si no que a su padre también. Ahora él en sus manos tenía la oportunidad o chance de que el amor de su vida pudiera criar como una persona de bien a ese niño que no tenía la culpa de nada.

Nadie tenía la culpa.

Nadie tenía la culpa más que el amor.

—¿Harry? –articuló, la voz de Louis. El ojiverde alzó su vista, Louis estaba allí con unas bolsas en sus manos mirándole extrañadamente— ¿Todo bien? –preguntó, mientras dejaba las bolsas en la pequeña mesa de centro, Harry siguió el paso de éste con la mirada.

Tenía un temblor dentro de sí, sus piernas no paraban de temblar y sus manos quietas no podía mantenerlas. Louis le sonrió genuinamente, y Harry correspondió la sonrisa de la mejor manera posible juntando fuerzas y juntando el coraje.

—He querido comprar algo especial, porque tengo algo importante que decir... –comenzaba, diciendo Louis, sacó entonces de las bolsas unos pequeños rollitos, Harry entrecerró sus ojos sin saber muy bien que eran—

—¿Son... pastelitos? –preguntó, el ojiverde. Louis sonrió y negó con su rostro—

—Es sushi, sé que no tienes una idea de que es pero prometo que te gustaran... –decía Louis— ¿No ha llegado nadie? –Ahí era dónde Harry debía decir que sí, que en realidad nadie había salido de esa casa, que Leonor estaba y le había dicho que si el intentaba algo con el nuevamente, debería decir 'adiós' a conocer a su pronto hijo—

—No –contestó, el ojiverde—

—¿No? –revolvió, Louis con una sonrisa adorada— Bueno, entonces todo está bien. ¿Quieres sentarte? –Harry debería simplemente irse, así dolería menos estar cerca de Louis sin poder tocarle. Su modo dominante se había ido a la basura desde el momento en que había conocido a la maldad petrificada en ser humano: Leonor. –

—No se comer... el cuchi... –decía, Harry temerosamente. Parecía un muchacho incluso de la calle recién adoptado. Louis ignoró el hecho de que algo extraño había en el comportamiento poco atrevido de Harry, decidió que todo era parte de sus nervios por lo que estaría pronto a comunicar—