Capítulo 2- Nuestro encuentro en la "Luz de luna"

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Siempre me había quejado de que mis días fueran bastantes rutinarios, pero esta semana sí que había sido de locos

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Siempre me había quejado de que mis días fueran bastantes rutinarios, pero esta semana sí que había sido de locos. En primer lugar, tuve que aguantarme todas las preguntas que Hikari me había realizado acerca de mi supuesta "novia". No importaba cuántas veces lo había negado o las distintas formas en las que intenté explicarle, ella no entendió o más bien, no quiso entender.

Sé que quiere mantener su privacidad, profesor. Pero ya me estaba preocupando de que no tuviera una novia —me dijo—. Mi tía es una solterona y ya empezó a comprar gatos. Temía que usted terminara igual que ella.

Realmente los niños de hoy en día eran mucho más impertinentes y osados... y a la final, exploté diciéndole que "Sakura" no era mi novia... grave error... porque se acercó a mí para susurrarme "No aun" ...

Para agregarle más emoción al asunto (nótese el sarcasmo) ... cometí la equivocación de preguntarle acerca del físico de la chica... era simple curiosidad, nada más... pero eso colaboró a que la pequeña siguiera insistiendo en que la chica y yo no éramos novios, pero pronto lo seriamos.

No recuerdo mucho, profesor —me había dicho en tono pensativo—. Pero si recuerdo sus ojos verdes, muy lindos, grandes y brillantes. También tenía el cabello color miel muy largo ¿Qué más? Ah... Llevaba el uniforme de la preparatoria de mi hermana, pero por el color de la corbata debe estar en tercer año.

El asunto con Hikari no terminó allí, ya que, en ese preciso momento, un compañero de trabajo a quien le gusta ser muy cotilla entró y escuchó gran parte de la conversación con la niña ¡El chisme llegó hasta los oídos de Kaho! ¿Cómo lo sabía? Porque ella misma vino a preguntarme emocionada acerca de "mi chica".

—Mi sexto sentido nunca se equivoca —murmuré... sabía que esa chica me iba a traer problemas.

—¿Profesor, está bien? —preguntó la voz de una niña a mi lado—. Se ve algo distraído el día de hoy.

—Lo siento, Midori. No es nada —dije sonriéndole—. Volvamos desde el compás seis. Desafinaste un poco en el siguiente.

—Bien...

Dejé que la melodía que tocaba Midori me invadiera y me despejara un poco de tanto pensamiento inútil. Era estúpido que siguiera recordando a una persona que no volvería a ver nunca más.

—Al parecer, solo fue un despiste y por eso desafinaste. Ahora sonó muy bien.

—Gracias, profesor —dijo emocionada.

—Bien, chicos. Esta semana estuvieron bastante bien, pero aun te falta mejorar con los ritmos rápidos, Leo.

—A veces creo que nunca podré tocar bien... —dijo desanimado.

—Vamos a ver si puedo animarte un poco a mejorar... —dije sonriéndole y comencé a tocar una canción que sabía identificaría de inmediato.

Escuché como retenía un pequeño grito de emoción cuando se dio cuenta. Me había costado un poco ubicarla, pero valió la pena si lo animaba a seguir adelante.

La luz que me guía en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora