No estaba seguro de cuánto tiempo estuve inconsciente, pero al comenzar a volver en mí, lo primero que hice fue preguntar por mi ninfa... Mi voz sonaba áspera y pesada, era como si aún me costara pronunciar las cosas.
—Aquí estoy, amor. Aquí estoy —escuché su voz a mi lado, un poco distorsionada.
—Bienvenido, Xiao Lang.
—Debo estar bien... si todavía entiendo el chino.
—Estás muy bien porque lo entiendes y lo hablas —me respondió en japonés, riendo con fuerza—. Vamos a revisarte y luego te dejaremos tranquilo. Dentro de tres días retiraremos los vendajes.
Asentí en respuesta y lo dejé proceder. No estaba seguro si era por la anestesia o eran los efectos de la cirugía, pero me sentía mareado y me dolía mucho la cabeza, aunque el doctor se lo atañó a la cirugía.
Las cosas iban marchando bien y el dolor fue menguando a medida que el tiempo avanzaba, como había dicho el doctor Sheng. Cada cierto tiempo venía a revisarme y aprovechaba para "recordar" su chino, hablando conmigo de cualquier cosa.
El padre de Sakura y mi "adorado" cuñado habían venido a visitarme y, aunque fuera difícil de creer, Touya Kinomoto había sido muy amable. Algo me decía que Nakuru tenía mucho que ver en esto, en especial cuando me decía que debía llamarla para contarle de la visita. Lamentablemente, no había podido venir porque su avanzado embarazo no la dejaba, pero me aseguraría de llamarla para hablar con ella, no porque Touya me lo pidiera, sino porque su esposa me caía bien.
El señor Kinomoto me contó acerca de varios libros que había logrado reunir para mí y obviamente los leería si los resultados de la cirugía eran los esperados.
Ya no estaba nervioso por eso, a fin de cuentas, ya no podía dar marcha atrás. La cirugía había pasado y las cosas serían como debían ser, para bien o para mal. Lo que realmente me tenía nervioso era la propuesta de matrimonio...
—¿No estas preocupado? —preguntó Sakura de repente.
—En realidad... estoy desesperado por salir de aquí y que me quiten estos malditos vendajes. Aprietan mucho... —dije resoplando.
—Ya mañana por fin te los quitaran, amor —dijo riendo y luego me dio un beso en los labios—. Mañana sabremos el resultado... ¿No estas ni un poco ansioso?
—Me importa más la pregunta que debo hacerte cuando salga de aquí que el resultado de la operación —dije rascándome la nuca—. ¿Eriol no ha venido?
—Debe estar por...
—¡Mi lobo feroz!
—Ahora que Eriol está aquí, podemos ir a tomarnos algo en la cafetería —dijo mi madre y se lo agradecí.
Cuando salieron de la habitación, Eriol y yo aprovechamos para hablar de las cosas que realmente me importaban... los preparativos para proponerle matrimonio a mi ninfa.
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La luz que me guía en la oscuridad
RomanceDesde aquel maldito accidente, había caminado en la total oscuridad por la vida, buscando algo que le diera sentido y cuando menos lo esperaba, un "choque" con el destino trajo hasta mí la razón para seguir adelante. Sí, vivo en la total oscuridad...