La suave melodía del "Himno a la alegría" se escuchaba en el salón. A pesar de tener un poco más de dos meses recibiendo clases, Hitomi había avanzado muchísimo y ahora podía tocar, sin errores, piezas como esa. Una sonrisa orgullosa surgió mientras disfrutaba de su suave ejecución.
—¿Qué tal? —preguntó con voz cantarina al llegar al final.
—¡Tocaste muy bien, Hitomi! —la felicitó Kai, muy emocionado y no podía estar más de acuerdo.
—Es cierto. Tu ejecución fue casi perfecta. Me siento orgulloso, pequeña gánster —le dije.
Soltó una carcajada contagiosa y, tanto Kai como yo, nos unimos a ella.
—Bien, ya que ambos han cumplido con sus asignaciones, les asignaré una nueva partitura —dije acercándome a la mesa—. Kai, quiero que intentes tocar "Para Elisa" creo que ya estás en condiciones para hacerlo.
—¿Está seguro? —preguntó nervioso—. Se ve algo complicada.
—Estoy completamente seguro que lograras hacerlo —dije tanteando hasta que logré ubicar su cabeza y alboroté su cabello—. En cuanto a ti, Hitomi, quiero que intentes tocar "Claro de luna".
—¡Sí señor! —dijo y me la imagine haciendo porte militar.
Cuando finalizamos, ambos salieron corriendo del salón y yo me quedé atrás recogiendo algunas cosas. Tomé mi maletín y al salir del salón, escuché las voces de Kaho y de Sakura, seguramente, también iban de salida.
—¡Shaoran! Qué bueno que te veo —escuché decir a Kaho—. Quería agradecerte por haberme hecho la suplencia con Sakura. Avanzó muchísimo gracias a ti.
—Ahm... en realidad yo no hice nada —dije apenado.
—¡Claro que hiciste! —dijo Sakura—. Gracias a ti pude tocar la pieza que había estado practicando con la profesora Mitsuki.
—Lo hiciste por ti misma —dije, sonriéndole—. Yo solo aclaré tus dudas.
—¡No es cierto! Me ayudaste mucho y también me tuviste mucha paciencia.
«Pero que terca es...» pensé sonriendo.
No iba a ganarle, así que la dejé ganar por esta vez.
—Bueno. Ambos deben ir a casa —dijo Kaho—. Y recuerda repasar la nueva asignación, Sakura.
Ella le respondió con un tímido "sí" y luego Kaho nos dejó solos. A pesar de haber salido juntos ayer, aún no me acostumbraba a estar a solas con ella. No era que estuviera nervioso o algo así... solo era... Diablos ¿A quién engañaba? Sí estaba nervioso, pero no era por algo en especial, solo que no tenía nada de qué hablar con ella y no me agradaban los silencios incómodos. Solo era eso.
—¿Cuál pieza te asignó?
—Preludio... de Bach —respondió, insegura—. Le di una ojeada a la partitura... y parece algo complicada.
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La luz que me guía en la oscuridad
RomansaDesde aquel maldito accidente, había caminado en la total oscuridad por la vida, buscando algo que le diera sentido y cuando menos lo esperaba, un "choque" con el destino trajo hasta mí la razón para seguir adelante. Sí, vivo en la total oscuridad...